31 marzo 2024

TIEMPO DOS (1960) Javier Aguirre

 


     Cuando hace décadas comencé mi labor de divulgación (labor pionera dentro de la cinefilia española, se reconozca o no, allá cada cual con sus complejitos, la crítica española ni estaba ni se la esperaba) e investigación del cine español, maltratado y menospreciado sobre todo por el cainita cinéfilo-crítico español, manda huevos, lo que más me llamó la atención es la lista de películas favoritas de Javier Aguirre, con diferencia la más arriesgada, diferente: 1-“La région centrale” (1971) Michael Snow, 2-“El ángel exterminador” (1962) Luis Buñuel, 3-“Alcanzaron el transbordador” (1948) Carl Th. Dreyer, 4-“Lost Lost Lost” (1976) Jonas Mekas, 5-“Fraude” (1973) Orson Welles, 6-“Humain trop humain” (1973) Louis Malle, 7-“Nuit et brouillard” (1988) Stephen Dwoskin, 8-“Further and Particular” (1988) Stephen Dwoskin, 9-“India song” (1975) Marguerite Duras, 10-“Mutter und sohn” (1997) Aleksandr Sokurov. Y no por las películas en sí, que ya conocía, y que jamás pondría en mi lista de 10, ni de 100, sino porque no casaban para nada con su propia práctica cinematográfica comercial, que se puede calificar en términos globales como mediocre, muy mediocre. Con esos generosos antecedentes, más de 80 películas, por llamarlas algo, la lista la juzgué como un mero acto de postureo cinéfilo. Aún así busqué por tierra, mar y aire (el motivo fue este texto semi-laudatorio, o anti-laudatorio, no sé el autor: “Su director siempre tuvo ambiciones de culto: su serie de films experimentales contrastaba con el cine comercial más atroz. En este caso encontró el pretexto ideal en la novela de Ángel Vázquez, que adaptó para ser interpretada por un solo personaje, una solterona de provincias evocando recuerdos que comportan frustraciones y represiones de toda índole. La esforzada labor de Esperanza Roy es el principal activo de unos resultados algo insulsos”) la que supuestamente era su mejor película, “Vida / Perra” (1981), a base de insistir conseguí que aflorara, y la sorpresa fue mayúscula, porque realmente era una película extraordinaria, un experimento formal, estructural, una especie de Snow castizo, que casaba a la perfección con la genial novela de Ángel Vázquez (“La vida perra de Juanita Narbona”). Traté de ponerme en contacto varias veces con el director para tratar de conseguir todos sus cortos experimentales (sólo conseguí el hiperpretencioso "Espectro siete" (1970), y el metacinematográfico "Tautólogos Plus X" (1974), que entraría con holgura en una hipotética lista de los 10 mejores cortos experimentales españoles, lo difícil, casi imposible, sería encontrar otros nueve, sólo Val del Omar, "Fuego en Castilla", y Juan Sebastián Bollaín, "Soñar con Sevilla", juegan en su misma liga), y a pesar de compartir seudónimo, anticine (realmente tengo, he tenido, muchos, 10 cuentas de twitter, todas inactivas, varios femeninos, muy útiles para conseguir cosas, elhijobastardo, cinelacion, saeru, kino, nessuno, Monsieur Dupin, Adrian Mole, Luis Castilla, Juan del Duero...), nunca logré que contestara. Si algo he constatado durante todos estos años es el acomplejamiento de los directores españoles, que consideran sus propias películas una mierda (en eso me incluyo, soy muy español), se avergüenzan de ellas (ídem), y por nada del mundo quieren visibilizarlas (también me incluyo, por encima de mi cadáver, en el extremo contrario están los directores mediocres orgullosísimos de sus películas), en la gran mayoría de los casos me ha costado Dios y ayuda, y cientos de sinceros ditirambos, conseguirlo, a cabezón de Pisuerga me gana muy poca gente. Todo este innecesario preámbulo para decir que “Vida / Perra” no es una excepción (a “Carne apaleada” le falta poco para ser una buena película), a pesar de su carácter excepcional dentro del cine español, valga la paradoja, Aguirre tiene cosas tan interesantes, brillantes, como el corto “Tiempo dos” (“Espacio muerto” (1965) también tiene un pase, de pecho), un ejercicio de estilo documental, genial como disocia contrapuntísticamente imagen y sonido (imagen=invierno, vacío, sonido=verano, bullicio), que tampoco dista tanto de los mejores trabajos de Resnais (en cierto modo rima con la también resnaisiana “Los toros en la literatura” (1967) de Regueiro, la diferencia es que la de Aguirre tiene el compás preciso), por lo que sumando el nombre de Snow en “Vida / Perra” (todavía más rádicalmente snowiana es la suicida (una adaptación extraterrestre de "El marinero" de Pessoa, un travelling de aproximación sin cortes de una hora y 18 minutos) "Continuum" (1994), Straub es Spielberg en comparación, https://www.rtve.es/play/videos/cine-de-siempre/continuum/6672908/), no me queda otra que concluir que su lista de películas favoritas no era solo postureo, y que mis prejuicios eran solo eso, prejuicios, aunque siga opinando que su carrera más convencional, el grueso de su obra, no hay por donde cogerla. ¿“Tiempo dos” podría entrar en la antolejía del cine español en su cara-a? Pues perfectamente.



https://vimeo.com/925807746




29 marzo 2024

EL FIN DE LA CULTURA ALTERNATIVA ACCESIBLE

 



     Parto de la base de que toda cultura alternativa, anti-sistema, tiene vocación de marginal, pero hubo un tiempo, principios del siglo XXI, en el que cultura alternativa y mainstream combatían con las mismas armas, y tenían públicos relativamente masivos. Sobre todo si lo comparamos con la actualidad y con sus orígenes, los años 70-80, los años de clandestinidad de finales de la dictadura y el desparrame de la transición, de las diferentes movidas, que fueron muy minoritarias, incluida la madrileña. La cultura del fanzine estaba muy desarrollada, pero no iba más allá de un puñado de lectores, que generalmente no podían tener acceso al 90% de las cosas que se mencionaban, a pesar de que boletines tipo Discoplay, Tipo, y muchos otros que ni recuerdo el nombre, hicieron mucho para acercar la cultura menos convencional a precios bastante ajustados. Con la popularización de los reproductores dobles de vídeo y las cadenas de música, todas con plato de vinilo y dos pletinas de casetes, el cine y la música más alternativa empezó a difundirse de forma exponencial. De amigo a amigo, o comprando cintas piratas en los mercadillos, incluso cuando se introdujo el CD había tiendas de alquiler de discos que imitaban a los videoclubs a precios ridículos. Sumando unas cosas y otras, muchas bibliotecas públicas tenían una muy buena selección de música y de vídeo, podías llegar a la gran mayoría de discos recomendados por las revistas más o menos alternativas, tipo Popular 1 o Rock de Lux. Por supuesto podías comprar discos y cintas de vídeo de importación, pero hablo de cultura de barrio, no de urbanización, y el dinero siempre escaseaba. Todas estas limitaciones, sobre todo para desarrollar tu propio criterio, canon, estallaron por los aires gracias a internet. La cultura se democratizó, y los críticos, las revistas de pago, dejaron de tener el monopolio de la opinión, y de la información. Fue la edad de oro de las listas de correo, los foros de opinión y descarga, y los blogs, que en muchas ocasiones superaban en número de seguidores y de lectores a los de los medios de comunicación oficiales. Conseguir más de mil visitas diarias era lo habitual, incluso para mí que siempre he estado al margen del margen, y que la mayoría de mis escritos nunca han sido muy adecuados para hacer amigos y abrir puertas. Encontrar estos blogs, estos foros, era lo más fácil del mundo porque en los buscadores eran lo primero que aparecía gracias a su tremendo tráfico. Todo cambió con los logaritmos y con el fin del café para todos gratuito de google, ahora los blogs y los foros ni tan siquiera se indexan. Los programas de intercambio de ficheros tipo emule o torrent, multiplicaron las posibilidades de profundizar en tus pasiones sin la tutela de nadie, una posibilidad que no había tenido ninguna generación de cinéfilos anterior, que no podía ir mucho más de lo que le ofrecían las filmotecas, que al menos en España nunca se han caracterizado por su curiosidad y capacidad de riesgo.




     Con la llegada de la descarga directa directamente se alcanzó el nirvana cinéfilo, entre el deseo de ver una película y verla no pasaba más de una hora, lo que tardabas en teclearla en google y encontrar varios sitios alternativos donde poder bajarlas. Todo se fue el garete con las leyes anti-piratería, que perjudicaron sobre todo al cine y a la música más arriesgados, diferentes, el resto sigue teniendo los mismos canales de difusión de siempre. Ahora encontrar películas no populares es mucho más difícil, ya no hay una Uloz y muchas páginas similares que te faciliten el trabajo, no todo el mundo tiene acceso a Karagarga. Desde google ya es imposible informarte de nada, ni tan siquiera investigar, antes podías acceder a miles de fuentes, amateurs y académicas, ahora ni tan siquiera las hemerotecas de los grandes periódicos están disponibles. La gran mayoría de cosas que he hecho durante los últimos 20 años sería completamente imposible hacerlas ahora, algo que a mí no me afecta porque ya he podido realizar todos mis proyectos, pero que demuestra hasta que punto hemos retrocedido en materia cultural en apenas un lustro. El sistema nos abrió una ventana, nos dejó destruirlo desde dentro, y cuando se dieron cuenta de que libertad y negocio no eran cosas compatibles, creían que democratizando la cultura aumentaría también el público pagano, volvieron a cerrarla de par en par. La consecuencia es que el espectador medio, que en España es tirando a un cuarto, comodón y borrego como pocos, al dificultarles el acceso a la cultura más alternativa, marginal, han vuelto al redil, a las plataformas de pago, a los canales temáticos, a las páginas culturales de información oficial. Iba a decir que todavía quedan pequeños reductos como twitter o telegram, pero nunca tuvieron gran alcance en materia cultural, y mucho menos desde la llegada de Musk, que ha convertido twitter en otro google. Dentro de 10 años no quedará ni el recuerdo de esta edad de oro, la brecha entre los cinéfilos de los 70-80-90 y los siguientes será insalvable, el caudal de conocimiento, de experiencia, de inteligencia compartida, se perderá en el limbo. La dictadura fascista de Franco demostró lo fácil que es romper todos los hilos de la cultura española, la democracia lo imposible que es tratar de volver a hilvanarlos, sobre todo cuando ni tan siquiera se quiere hacer, y a nadie le importa realmente. Lo alternativo ha vuelto al margen, al clamor en el desierto, y teniendo en cuenta que el pastel a repartir es cada vez menor, es una quimera pensar que alguna vez podrá volver a suceder que un puñado de Davides puedan hacer frente, mearle en la cara, a Goliat (con su masoquista connivencia), a la comida rápida cultural, a la cultura oficial subvencionada. Nada dura eternamente, todo es transitorio. QUI TOTUM VULT TOTUM PERDIT, ACTA EST FABULA.






23 marzo 2024

SANS MERVEILLE (Sin maravilla) (1964) Michel Mitrani

 



     Vamos que no es ninguna maravilla (“nos amamos, sin maravilla, sin eternidad”). Objetivamente hablando, subjetivamente ya es otro cantar. Formalmente es multiorgásmica, un continuo experimento, ejercicio de estilo, el montaje, las elipsis, las dilataciones, de palote. Akerman (“Toda una noche” (1982)) es muy buena, nadie lo pone en duda, salvo que seas ciego, pero lo que tampoco nadie puede decir, por mucho que se empeñe Sight & Sound y sus genuflexos comparsas, sosias, es que Akerman es la mejor directora de la historia del cine. Más que nada porque ese calificativo ya está adjudicado, Marguerite Duras, y no hay visos de que esté en peligro de remoción. Marguerite Duras te puede gustar o no gustar, parecerte muy aburrida, pretenciosa, que lo es, y mucho, también como escritora, pero negar su importancia capital, su radical diferencia, es tanto como decir que el sol sale por Antequera. Duras es Duras, y tardas menos de un minuto en reconocerla. ¿Y a qué viene esta chapa sobre Akerman-Duras, si la película es del búlgaro Michel Mitrani (un viejo conocido del blog, “Los ángeles exterminados” (1968), que no es una excepción, “Un balcon en forêt” (1979))? Pues a que “Sin maravilla” es ni más ni menos el primer guión para televisión de Marguerite Duras, y la película esencial para comprender su estilo, que en gran parte nace de aquí, en cuanto des al play creerás estar viendo “La mujer del Ganges” (1974), y de “El año pasado en Marienbad” (1961) de Resnais (comparten mismo operador de cámara, director de fotografía, Sacha Vierny), película tan coñazo como capital. Obra maestra en su sentido primigenio, el de mostrar un camino, que no tiene que ser sinónimo de cumbre, abrir una nueva vía para que los demás puedan subir más alto. Cosa que hicieron entre otros Mitrani, que con esta película eleva el esteticismo por el esteticismo de Resnais a cotas sublimes, Duras, “Ágata, o las lecturas ilimitadas” (1981), Yoshida, “Adiós a la luz del verano” (1968), o Alemann, “El viaje a Lyon” (1980). “Sin maravilla” se podría calificar como la primera película plenamente “nouveau roman” (nueva novela), ex-aequo con la aparente “La inmortal” (1963) de Robbe-Grillet. Es decir, objetivar una historia, desnudarla de psicología, de identificación emocional, diálogos sentenciosos, pretenciosos, hiperliterarios, que no necesitan ni ser traducidos, son música de ambiente, atmósfera, falta de progresión dramática, personajes planos dentro de su arrebatamiento, ensimismados, historias detenidas, sin evolución, ni resolución. Lo que tanto se critica de Duras, de Akerman, y que es la quintaesencia de su estilo. Si los personajes que deambulan por sus películas son modelos, maniquís, de forma deliberada, nadie las puede acusar de frías, de distanciadas, justo lo que buscan. A un gordo no se le puede recriminar no ser delgado, hay que juzgarlo desde la gordura, no desde la delgadez. Si Duras, Akerman, Mitrani, formalizan, estetizan, los sentimientos, los movimientos, los encuadres, decir que son formalistas, artificiosas, es una definición precisa, no un insulto, salvo los que lo utilizan con ese fin, incapaces de reflexionar sobre lo que ven. Si no narra de la forma habitual, es porque no sabe narrar, palabra de cuñao. Es legítimo emplear un lenguaje difícil para decir cosas difíciles” (Sartre).



                                         El fornicio, óleo sobre celuloide 


     Si algo caracteriza el cine moderno es la ruptura de las convenciones, el querer salirse del patrón teatral plano-contraplano, diálogos literarios, construcción dramática, puesta en escena, el tomar aire. Dar importancia a factores hasta ese momento secundarios, accesorios, como el movimiento, el tiempo, la elipsis, el exterior. En el cine clásico no se pasea, como mucho se camina mientras se habla. En el cine moderno el movimiento no tiene porque ser forzosamente narrativo, ni cumplir una función transitiva, tiene valor por sí mismo, el de penetrar el espacio, el de hacer visible el tiempo, el exterior. Las personas ya no son el centro, ni los lugares, los paisajes, decorados. Digamos que el cine moderno es una evolución, decantación, del western, exteriores, planos generales, planos secuencia, movimiento a caballo, llevado al ámbito urbano, peatón. Las famosas passeggiatas, caminatas, de Antonioni, que no fue su creador, tampoco Malle, “Ascensor para el cadalso” (1958), pero sí quien las elevó a otra dimensión más abstracta, afuncional. Los personajes de Antonioni cuando están perdidos pasean, cuando están aburridos pasean, cuando están desesperados pasean, es su forma de divagar, no son solo derivas, digresiones, alivios narrativos, tienen un componente metafísico, es la geometría del espíritu. Pasear para los personajes de Antonioni, de Duras, de Akerman, es un ritual sagrado, su forma de comunicarse con la realidad, su única integración posible. Mientras se mueven existen, cuando se detienen, cuando hablan, sienten la impotencia de la incomunicación, del vacío. Por eso en las películas de Antonioni, de Duras, el silencio, las miradas, los gestos, los paseos, tienen más importancia que las palabras, porque revelan el interior. “Sin maravilla” es el germen de todo esto, la espoleta del singular camino de Duras en cine (hasta espacial, la mansión modernista de Sèvres, construida por el arquitecto Hector Guimard, y sus variaciones, es su marca de agua), el acicate para pasar del escritorio al refectorio. Una mujer y un hombre que se encuentran, sin encontrarse del todo, el resumen de todas la no-historias, películas, libros, de Marguerite Duras. La primera gran obra maestra de Marguerite Duras, y no tuvo ni que rodarla. La “Vivir su vida” (1962) de la televisión.


                Mitrani arrimando cebolleta a la fascinante Alexandra Stewart



Sin maravilla fue para mí una aventura estética, una revuelta contra “la tiranía del rostro humano” en televisión. Se le ha reprochado a Sin maravilla ser una obra inhumana y descarnada. Sí, los personajes estaban fuera de lo humano, como “dobles” en cierto modo.” Michel Mitrani



https://wetransfer.com/downloads/9dd43a0ae993c8e631c9aeae413003b620240323105012/1f806d4486a18ad28a59928f63e024fb20240323105110/a04b54?trk=TRN_TDL_01&utm_campaign=TRN_TDL_01&utm_medium=email&utm_source=sendgrid


P.D: No descarto para nada currarme unos subtítulos, no todos los días aparece una top-100 cine francés (hoy top-10), una top-100 cine formal.



21 marzo 2024

¿EN QUÉ HA FALLADO/FALLA LA CINEFILIA-CRÍTICA ESPAÑOLA?

 

La crítica (todos los grabados de Julio Ruelas)


     En muchas cosas, demasiadas. Antes de nada aclarar que voy a generalizar para que los problemas sean más evidentes, como todo en esta vida existen excepciones, pocas, muy pocas. Los principales pecados capitales de la cinefilia-crítica son los siguientes, casi todos ismos: el seguidismo, el individualismo-quijotismo-divismo-narcisismo, el amiguismo-enchufismo, el cortoplacismo, y el trepismo, el sempiterno quítate tú para ponerme yo. Antes de entrar a desarrollar estos puntos, empiezo señalando que el principal problema de todos es que en España nunca ha existido una verdadera cinefilia al margen de la crítica, ha habido una crítica oficial, la que cobraba a fin de mes, y una paracrítica amateur, aspirante a cobrar a fin de mes. Un conjunto de espectadores que de forma destinteresada, militante, se organice para difundir un cine alternativo al que se estrena en salas y festivales en España es una quimera. El cineclubismo nunca llegó a cuajar fuera del ámbito universitario, y solo durante el periodo universitario, una vez fuera la pasión cinéfila se diluye o directamente desaparece. Los foros de descarga o de opinión, que tanto proliferaron a finales de los 90, llevan años, casi décadas, vegetando. Nunca ha existido una crítica-cinefilia alternativa, anti-sistema, existía/existe, la destinada a los estrenos, y la destinada a los festivales. Y cada una defiende su pequeño gueto con uñas y dientes. Una defiende un sistema, digamos privado, capitalismo cinematográfico, público pagano, y otra un sistema, digamos público, subvencionado, incluyo todo tipo de fundaciones, festivales e instituciones culturales. Dentro de este sector viven, a la sopa boba, todos aquellos cinéfilos radicales que en los 90 y principios del siglo XXI decían ser anti-sistema, alternativos, marginales, los no aspiramos a ser críticos ni programadores, lo nuestro es pura devoción, el cine como devoción. Una vez dentro del sistema son indistinguibles de los otros, de los anteriores, sin mantener el sistema, no se puede ir en contra del gusto general del contribuyente, se van a la cola del paro. Todas las revistas amateur desaparecieron en cuanto metieron la patita en el sistema, o en cuanto comprobaron que no podían meter la patita en el sistema. Se ve que lo de escribir para tratar de difundir el cine menos conocido no es suficiente aliciente, recompensa. Porque esa es otra, el principal esfuerzo cinéfilo de escritura colectiva, léase Filmaffinity, IMDB o Letterboxd, principalmente va destinado al cine ya conocido, difundido, el único que te puede dar cierta visibilidad entre los cinéfilos lectores, que generalmente buscan reafirmar sus opiniones-gustos previos, y el resto acaba desapareciendo en ese magma gigantesco de películas, listas y textos intrascendentes, repetitivos. Todas las listas de las mejores películas de estas páginas acaban convergiendo, siendo prácticamente iguales, el conocido efecto del consenso de la mediocridad. Un fenómeno del que ni tan siquiera pueden huir las listas supuestamente más comprometidas, serias, como la de Sight&Sound, que da un poco de verguencita ajena, basta con tener contactos para poder participar, no hay ni la más mínima criba cinéfila, el criterio, la trayectoria, es lo de menos. Cualquier lista de cine mundial queda completamente desacreditada cuando hay más películas del siglo XXI, su Edad de Plástico, que de los 60 o 70, el conocido efecto lo último que he visto, lo que viene siendo la anti-cinefilia, la anti-crítica, que debería consistir en fomentar el espíritu crítico, y en huir del espejismo del presente, concepto que en arte no existe, todo es tradición, la posmodernidad es un invento para poder vivir del cuento borrando, ninguneando, el pasado. Si mato al padre, el hijo no es un inútil por comparación. La estrategia de la crítica desde que es critica, cine es lo que se estrena esta semana, lo demás huele a rancio. Solo desde la desmemoria cinéfila se puede lograr que el público actual acuda a las salas virgen de expectativas, de exigencias de calidad, sumiso a lo que le quieran vender.





     Hecha la introducción, seguramente más larga que el desarrollo, paso a los pecados capitales de la cinefilia-crítica, como ya he dicho antes, completamente indistinguibles. El seguidismo, el afrancesamiento, España nunca ha tenido una crítica propia, unas ideas de cine propias, una política de autores propia. El corta y pega de las revistas de cine francesas, inglesas, americanas, las traducciones encubiertas y no reconocidas, siempre ha sido la práctica habitual de los cinéfilos-críticos españoles. El abordar cualquier texto a puerta gayola, sin leer previamente todo lo que ya se ha escrito sobre determinada película, director, es algo que ni se contempla, podría salir algo personal, diferente, algo que cuestione las opiniones generalmente aceptadas, lo cinéfilamente correcto. Lo que sancionan los críticos franceses y anglosajones es palabrita del niño Jesús, su canon es el canon, establecer nuestro propio canon requiere demasiado esfuerzo, valor, remar a contracorriente es muy cansino, agotador. El resultado es que en estos chauvinistas cánones siempre hay mayoría de películas americanas y francesas, la mayoría intrascendentes, ridículas. Sus historias del cine se podrían resumir en: nosotros somos el cine, y el resto migajas, simples calcos. Cualquier canon de 1.000 películas en el que no haya al menos 500 europeas, o 100 asiáticas, es una soberana estupidez, una supina muestra de ignorancia, de incultura, de paletismo cinéfilo-crítico. A estas alturas es imposible luchar contra la política de autores, volver a la política de películas, la única realista hablando de cine, de arte, pero lo que sí se puede hacer es al menos plantear un olimpo alternativo, o ser crítico con el ya establecido, generalmente muy alejado de nuestra propia idiosincrasia cultural, de nuestros propios usos y costumbres creativos, que hablando de España es hablar de la cima de casi todas las manifestaciones artísticas a nivel mundial. ¿Si nuestro arte es diferente, singular, y siempre lo ha sido, porque adoptar plantillas de valoración ajenas? ¿Por qué no imponer nuestra forma de ver, de sentir, de expresarnos, mucho más visceral, humorística y apasionada, de analizar, el arte, que nada tiene que ver con el cartesianismo, racionalismo, francés, con el conductismo, materialismo, anglosajón? Por simple pereza, indolencia, acomplejamiento, por el habitual desprecio, menosprecio, a lo propio. El crítico-cinéfilo español es más feliz invirtiendo su tiempo, sus esfuerzos, en tratar de ser aceptado por los prepotentes críticos franceses-americanos, su sueño dorado es formar parte de ellos, que luchando contra ellos, que tratando de imponer su propio criterio, visión. Hemos renunciado a la lucha sin tan siquiera haberla comenzado, ni aspiramos a convencer, ni a vencer, solo a la sumisa, condescendiente, aceptación. La crítica-cinefilia española es de naturaleza borreguil, mataría por defender “El Padrino”, que ni nos va ni nos viene, la Picaresca es otra cosa, y se pondría la primera de la fila para apedrear a “La tía Tula”. Tenemos la crítica-cinefilia que nos merecemos, la que nos hemos dejado imponer. 



Los fuegos fatuos


     Pasemos al individualismo, al quiijotismo, al divismo, al narcisismo. Aquí todo cinéfilo-crítico se cree imbuido de la verdad universal, su criterio es la ley, aprender de los demás, sumar los hallazgos de los demás, es rebajarse, humillarse. Cada cual apadrina a sus propios autores, por supuesto incontestables, y les pone unas velitas, que si tiene la suerte de tener algunos amigos influyentes, sonarán hasta en la sopa, aunque lleven décadas siendo la mosca muerta en la sopa. De ahí la multiplicación de podcasts de cine (blogger ya no deja de ser más que un atavismo vintage, una resistencia numantina por inercia), que tienen exactamente la misma audiencia que las antiguas emisoras locales independientes de radio, entre cero y ninguna, lo que en términos psiquiátricos se llama hablar solo. El divide y vencerás leído a la contra, porque ese lema está destinado al enemigo, no al supuesto cinéfilo compañero de fatigas. El éxito de los demás es nuestro fracaso, el cinéfilo-crítico con lectores, repercusión, es el enemigo a batir, cuando lo lógico sería que se tratase de utilizar ese altavoz para ampliar el foco, para construir una cinefilia, una base de espectadores comprometidos, apasionados. Hay tantos guetos cinéfilos, tanta especialización forzada, que es imposible hacerse una idea global de nada. Que me hacen algo de casito con el cine experimental, incluso me llaman para programar y todo, pues a partir de ese momento solo hablo de cine experimental. La cinefilia-crítica como medio para un fin, vivir del cine, o buscar repercusión personal, vamos puro narcisismo, no como un fin en sí mismo. Que de pronto se pone de moda el western, pues vaquero de toda la vida, lo que siempre se ha llamado oportunismo, bienquedismo. La de directores que han sido encumbrados injustamente simplemente por seguir la corriente, por apuntarse a caballo ganador, o por algo tan ridículo como compartir el tanto de su descubrimiento. Si cientos de críticos-cinéfilos dicen que es bueno por algo será, todos los premios y listas de las favoritas del año funcionan así, por arrastre, por efecto percha. El ser humano es inseguro por naturaleza, el crítico-cinéfilo aún más, y aspira a ser aceptado por los demás, algo incompatible con la libertad, con tener criterio, gustos, propios. El efecto masa es muy poderoso, aunque casi siempre en materia cinematográfica sea un rebaño que se dirige directamente a un precipicio. Hay demasiados críticos a los que no les gusta el cine, que carecen de curiosidad, de espíritu crítico, de criterio, son coleccionistas de fotografías, de autógrafos, de canapés, groupies, parásitos del cine que tragan con lo que sea, escriben con plantilla, ajena, la que previamente ha establecido la línea editorial, los productores, los propios directores. El amiguismo-enchufismo, el trepismo, es directa consecuencia de esto, como el cine es lo de menos, un medio, llegar es lo importante, a costa de quien sea, lo indiferente es el cómo, ¿y cuál es la manera más fácil en España, la única? Pues tirar de amigos, de contactos, la vía más directa para conseguir cualquier cosa, desde ser director de un Festival, a programador, a profesor de una escuela de cine, o simple taquillero. La meritocracia en términos de cine no existe, una llamada a tiempo abre mucho más caminos que un currículo, que una trayectoria de constancia, esfuerzo y voluntad. Total, lo importante es el aquí y ahora, el cortoplacismo, el sobrevivir, el cubrir el expediente, el cine en el fondo no es gran cosa, mero entretenimiento intrascendente, un lujo cultural para intelectuales aburridos, sociópatas, y sin porvenir. La cultura cinematográfica española se cimenta en el orden analfabético, en el homenaje post-mortem. Larga vida a la cinefilia-crítica española, si es que algún día consigue nacer, aunque sea con fórceps, con palillos. 










19 marzo 2024

RECOMENDACIONES DE CINE JAPONÉS

 



     Estoy ultimando mi ANTOLEJÍA DEL CINE JAPONÉS, voy por la mitad, y teniendo en cuenta el número de caídas (también ha habido un buen número de descubrimientos), la gran mayoría inesperadas, no es para nada descartable que tenga serios problemas para llegar a las 100, no lo sé no las he contado, a lo mejor sobran y todo. Por si acaso, y para curarme en salud, en ningún caso la voy a dar por cerrada metiendo rellenos, os pido que me recomendéis vuestras películas favoritas de cine japonés. Tengo cero prejuicios contra ningún género, director, aunque es evidente que va a haber muy poquitos samurais, yakuzas y geishas. Es una cinematografía que controlo bastante, entre un castellano y un japonés la única diferencia es los ojos rasgados, pero seguro que tengo mis lagunas, siempre hay obras maestras ocultas en todas las cinematografías. Que nadie se ofenda si finalmente no incluyo sus recomendaciones en la lista, cada cual tiene su idea del cine y la mía es un pelín extrema. Pocos cinéfilos he encontrado en todos estos años con los que tenga un grado de afinidad mayor del 10%, una cifra más que razonable, las almas gemelas cinéfilas solo existen en los mundos de Yupi de Marías y asociados. Con que me descubráis una sola película ya habrá merecido la pena la antolejía. Gracias por anticipado.


P.D: Acabo de contarlas y tengo bastante margen de caídas, que estoy gastando a velocidad de vértigo, el cine japonés de los 90 no resiste un segundo visionado, qué malo era Kitano, qué ciegos estábamos.



18 marzo 2024

"ARÁNDANOS BAJO LA NIEVE" (1811) Sofía Petrovna Soymonova (Aforismos) EN PAPEL

 



Ya podéis comprar en las peores librerías de España el libro de aforismos de la amiga Sofía.

Si os sirve de aliciente no he cobrado un solo euro por la traducción, ni por la publicación.

Otro gran aliciente es que el editor por error me rebautizó como JULIO POLLINO POYATO.

Si en el colegio me llamaban POLLA, calculad cómo me hubieran llamado ahora: REPOLLA.


P.D: Solo Maese Lucense tiene reservado un ejemplar gratuito con dedicatoria, el resto de seres humanos se tendrán que retratar en sacristía.



16 marzo 2024

REGUEIRO REVISITADO (16): "MADREGILDA" (1993)

 



    Último largo de Regueiro hasta la fecha, y su peor película con gran diferencia sobre la segunda. Teniendo en cuenta que su primer largo es la mejor, “El buen amor”, me parece la forma más coherente, equilibrada, de cerrar su filmografía. Del cine hay que irse por todo lo alto como hizo Armiñán con “14, Fabian Road” (2008), o por todo lo bajo como Erice, “Cerrar los ojos” (2023), sin términos medios. Me gustaría poder destacar algo de ella pero sería hipócrita, deshonesto, por mi parte. La he visto entera por respeto, cariño, a Regueiro, en circunstancias normales no hubiera llegado al minuto 10. Aquí el grado de misoginia casi roza lo delictivo, el cabrón siempre tira al monte. Mi conclusión de la retrospectiva es que mi director de cine español favorito es Armiñán, el mejor Regueiro, el único Val del Omar. De pocos directores en general tengo 5 películas favoritas, y que me hayan influido a muchos niveles, muy por encima de todas “El buen amor”, tampoco. Su dossier, FRANCISCO REGUEIRO, UN IMAGINERO CASTELLANO, actualizado: 

https://mega.nz/file/Ozp2FATS#ckUw2HXvBGfovNTpM_RemjtWdqmJwAeEP72PccV2J2Q


MIS 5 PELÍCULAS FAVORITAS DE REGUEIRO


1- El buen amor

2- Sor Angelina, virgen

3- Carta de amor de un asesino

4- Padre nuestro

5- La viuda valenciana



MIS 10 PELÍCULAS ESPAÑOLAS FAVORITAS, HOY


01- El clavo (1944) Rafael Gil
02-
Calle Mayor (1956) Juan Antonio Bardem
03-
Fuego en Castilla (1960) José Val del Omar
04-
El buen amor (1963) Francisco Regueiro
05-
El verdugo (1963) Luis García Berlanga
06-
La tía Tula (1964) Miguel Picazo
07-
Juguetes rotos (1966) Manuel Summers
08-
El espíritu de la colmena (1973) Víctor Erice
09-
Souvenirs de Madrid (1995-2019) Jacques Duron (y Fabienne Morel)
10-
Rincones del paraíso (1997) Carlos Pérez Merinero



P.D: Para equilibrar tanta misoginia gratuita, absurda, lo próximo que haré será terminar mi antolejía de libros escritos por mujeres COÑO DE DIOS, supongo que tardaré unos meses, todavía tengo que editar media docena de libros.





REGUEIRO REVISITADO (15): "DIARIO DE INVIERNO" (1988)

 



     Mi pasión, nunca ciega ni acrítica, por Regueiro, viene de muy lejos, los años 90, cuando el nombre de Regueiro ya no era más que una nota a pie de página en la historia del cine español. Hasta que no logré que aflorara su filmografía completa en internet, incluidas las prácticas, no paré, lo mismo pasó con el infravalorado Manuel Summers, Jaime de Armiñán y tantos otros, casi siempre huérfanos del cariño del cinéfilo-crítico español, anti-chauvinistas vocacionales. Pocos países desprecian tanto a sus creadores, a sus genios, a su cultura en general, como España. El grado de soberbia ignorancia, de orgullosa y prejuiciosa incultura (¿alguien se imagina otro ámbito de conocimiento en el que poder alardear con chulería, sacar pecho, de no haber visto determinado cine español o de no haber escuchado nunca flamenco, sin quedar como un subnormal profundo?), alcanza cuotas inimaginables, y en personas aparentemente inteligentes, curiosas, serias. 30 años después, y a pesar del impecable libro de Carlos Barbachano (1989), por su gran capacidad de análisis y por no huir de la crítica directa (volveré a leerlo después de ver las películas, no quería que me condicionase, lo leí hace tantos años que no recuerdo nada), Regueiro ya no es un perfecto desconocido entre los cinéfilos españoles, pero todavía está lejos de ocupar el lugar que merece, sobre todo a nivel mundial, porque sus mejores películas, “Sor Angelina, virgen”, “El buen amor”, “Carta de amor de un asesino”, “La viuda valenciana”, “Padre nuestro”, tienen alcance, nivel, universal.





     Mi mayor frustración con Regueiro (ya no tanto después de este visionado) es no haber conseguido compartir una copia decente de “Diario de invierno”, algo que he estado a punto de lograr varias veces por diferentes fuentes, algunas muy directas. Desconozco porqué nunca se ha vuelto a emitir por televisión, porqué no está disponible en ninguna plataforma, supongo que será por una cuestión de derechos, de la dictadura de lo políticamente correcto, o por simple indolencia, lo más probable. Mi última esperanza es DORÉ EN CASA (Flores en la sombra), una gran iniciativa que debería tener más recorrido, profundidad, a semejanza de la Cinemateca Francesa (HENRI). De mis películas favoritas de Regueiro es de las que menos he escrito, apenas una cuarteta:


La película ESPAÑOLA por antonomasia. Más ESPAÑOLA que "Juncal".

Más ESPAÑOLA que los callos. Más ESPAÑOLA que la siesta.

Un verdadero auto sacramental, una película que huele a tierra mojada, a calostro.

Una película hecha con tres cojones, y un palito.


¿El motivo? Que no lo creo necesario, que este remake rural de “Me enveneno de azules” se defiende, explica, solo (aunque ya no ocupa un lugar en mis 5 favoritas de Regueiro, se me va cayendo, el ultimo acto, desde el disparo, flojea mucho, demasiado). A veces matar al padre es una necesidad vital, y a veces aún más necesario matar al hijo, cortar de raíz un ramal podrido de origen. A veces no tener hijos es una generosa decisión consciente, lúcida.







REGUEIRO REVISITADO (14): “PADRE NUESTRO” (1985)



 

     Madurar con cierta lucidez significa pasar de la misoginia a la misantropía. Del odio a las mujeres al odio a la humanidad en general, algo mucho más igualitario, justo. La misoginia suele ser una fase juvenil bastante superficial, nace del desengaño amoroso, de la homosexualidad no asumida, o de la falta de desengaños amorosos, el resentimiento típico del virgen, del que no se come un colín. La misantropía es algo más profunda, tampoco mucho más, es un cúmulo de decepciones, de frustraciones, de índole más variada, material o espiritual, depende de las ambiciones personales, megalomanías, de cada cual. Poner las esperanzas, las ilusiones, en los demás, es una infantil apuesta de riesgo que se paga caro, con la amargura o el cinismo. Regueiro en “Padre nuestro” pasa del las mujeres son las responsables, las culpables, de todos mis males, a los hombres y las mujeres no hay por donde cogerlos, son muñecos, peleles, del destino. Un evidente paso adelante vital, espiritual, y más si se hace desde el sarcasmo, desde la distancia crepuscular de un Ulises con palillo, retornado, y de vuelta de todo. La película huele a testamento, a cuadra, por todos sus costados, y su grandeza reside en que no es un ajuste de cuentas, en que es una asunción serena, tragicómica, de las debilidades del ser humano. No es una misantropía rabiosa, es un reconocimiento comprensivo del quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. 


Cuadrado jamás hubiera utilizado un filtro en esta imagen


     Un western castellano en el que echas carcajadas, en el que la venganza pasa a un segundo plano, lo importante es descargar la conciencia antes de iniciar el tránsito, hacia el vacío o hacia la plenitud, según las creencias, supersticiones, de cada uno. Ese poso, gravedad, hablo de la forma (con la fotografía de Luis Cuadrado (la de Amorós tampoco es moco de pavo aunque le falte algo de contraste, volumen) que a esas alturas ya se había suicidado, se quedó ciego, sería para echarse a llorar de gusto, un Caravaggio, un Zurbarán, para compensar está Pedro del Rey, el Dios del montaje español, de la elipsis, algo que no se aprende, se lleva en la masa de la sangre, salvo el corte-encadenado del bautizo que no está bien resuelto, aunque entiendo la necesidad narrativa, bautizo-comunión-extremaunción), ya estaba plenamente conseguido en “Carta de amor de un asesino”, la diferencia es que aquí todo es más abierto, gozoso, hay una celebración de la vida, una comunión más directa con la tierra, un hedonismo más campechano, matancero, que lírico, sexual. Los personajes siguen siendo unos solitarios empedernidos, ensimismados, pero hay cierta comunicación, Regueiro no se ceba, hay un pequeño margen de simpatía, de empatía, de piedad, un reconocimiento entre iguales, entre ángeles caídos, entre pecadores, los sátiros llevan hábito de penitente. El cainismo incestuoso de la película es dialéctico, maireniano, el mal es el mamporrero del bien. Regueiro hace suyo el no juzgues y no serás juzgado, el si ves las barbas de tu vecino pelar pon las tuyas a remojar. Regueiro se despide anticipadamente del cine, y lo hace con la mejoría del enfermo antes de morir, con la bendición, redención, de los Sacramentos, del casticismo más sagrado, ancestral, el del porrón y la hogaza, la carne y la sangre de Cristo.




P.D: Mi señora madre también me llama imbécil de forma irónica-cariñosa-agresiva, que no son cosas incompatibles. Huevines no, pero podría. Que Fernández-Santos y Regueiro pongan ese mote a un curilla de pueblo mesetario es una genialidad, que ese mismo cura esté ensayando una sevillana, “Arenal de Sevilla (Torre del Oro)”, en el órgano, mientras se come un bocata de chorizo, lo mismo. Ese pueblo, ese majuelo, es el pueblo, el majuelo, de mi infancia, Olmedillo de Roa, Burgos. Iba todas las semanas porque se había muerto mi prima Mari con 14 años. Por cierto, alerta, se viene anécdota. El mundo es un pañuelo, el padre de Regueiro y su hermano Lolo vivían en el mismo bloque de mi madre en Los Grupos. La abuela de Regueiro quería mucho a mi madre porque no había tenido hijas, y acudió con ella a una echadora de cartas, la Eusebia, que predijo, con acierto, el futuro, la muerte, de algunos Regueiro. De pequeño veraneé en la casa del padre de Regueiro en Santander, se me quedó grabado en la memoria un precioso, y macizo, busto de Beethoven (¿o era Mozart?). Seguro que me llevé algo de recuerdo, como hacía en todas las casas de vacaciones, y en las de los amigos de mis padres y familiares. Robar por deporte, sobre todo libros y juguetes, era un hobby cultural que he perdido con los años.




15 marzo 2024

REGUEIRO REVISITADO (13): “LA VIUDA VALENCIANA” (1983)

 



     Segunda revalorización, también inesperada. Su último trabajo televisivo (estuvo a punto de ser el penúltimo porque los periódicos anunciaron a finales de 1983 que Regueiro se iba a encargar de uno de los capítulos de la mítica serie “La huella del crimen”, en concreto de “El caso de la novia imaginaria”, cosa que al final no sucedió, desconozco los motivos, Pedro Costa era muy suyo, Regueiro no digamos), y el mejor con diferencia, al mismo nivel que sus mejores películas, gracias Frade. Hombres y mujeres podemos hacer nuestras las palabras de Julianilla: “¡Madre mía, qué cuerpo!”. Ni más ni menos que el cuerpo, el rostro, el pelo, las cejas, la mirada, más bellos vistos nunca en una película española. Algo que en sí mismo no significa gran cosa porque no hablamos de una sesión fotográfica de una modelo, pero resulta que la actuación está a la altura, o por encima, de sus pezones, y eso son palabras mayores. Cristina Marsillach es superbella, y solo Regueiro supo estar a la altura de su supertalento como actriz, no necesita más que sus ojos, que su boca, que su voz, que su perfil de estatua griega (el equivalente en la actualidad sería Lucía Rivera, inédita en cine, y que ojalá algún día tenga el dinero suficiente para que pueda protagonizar “Tierra absoluta”, mi homenaje envenenado a Valladolid, al casticismo), no se puede decir lo mismo de Colomo, la mediocre, a pesar de ella, “¡Estoy en crisis!” (1982). 




     Por fin el Siglo de Oro reverdece sus laureles, recupera su espíritu lúdico, lúbrico, blasfemo, el que le hizo popular, accesible, a sus contemporáneos. Ese Siglo de Oro anti-pretencioso, anti-culterano, que tanta urticaria provoca a los hispanistas, a los programadores de festivales teatrales. El único Siglo de Oro que no ha caducado, lo mismo que la picaresca, el deseo, ya sea de placer o de dinero, nunca pasarán de moda, y mucho menos en el Levante, la tierra más fogosa, ruidosa, excesiva, los catalanes en comparación son robots. Los castellanos solo en nuestro castillo, fortaleza, interior. Esa combinación entre despendole levantino, y rigor formal castellano, vallisoletano (esos pavos reales Campo Grandianos, como fanfarrias del Paraíso, del Infierno), es lo que da equilibrio, mesura, a este esperpéntico juguete cómico, que si le quitas los trajes de época, el castillo de Peñíscola, se convierte en una obra maestra urbana de alta comedia madrileña, a Trueba se le enderezaría la mirada al verla. Regueiro se transmuta en Lope, o el Siglo de Oro según Martes y Trece.





https://www.rtve.es/play/videos/las-picaras/picaras-viuda-valenciana/4338848/





REGUEIRO REVISITADO (12): “LAS BODAS DE BLANCA” (1975)

 

Doña Concha

     Como no tengo nada que añadir a lo ya dicho, aunque buena un gran paso atrás (salvo la maravillosa comida-sobremesa, la especialidad de Regueiro) con respecto a “Cartas de amor de un asesino”, sobre todo formal, Arribas no es Cuadrado, José Antonio Rojo no es Pablo G. del Amo, pues no añado nada. Por cierto, hasta ahora sus tres mejores trabajos son “Sor Angelina, virgen”, “El buen amor” y “Cartas de amor de un asesino”, los tres escritos por Regueiro. Va a resultar que es mucho mejor guionista de lo que él mismo se cree, Erice no puede decir lo mismo.


Respeto



REGUEIRO REVISITADO (10 y 11): ZURBARÁN Y MURILLO (1974)

 


     El Archivo de RTVE todavía no ha subido “Murillo, la Virgen Niña”, pero como en mi recuerdo es bastante peor que la de Zurbarán, y ésta es muy poquita cosa, basta compararla con “Sonata de primavera” de Picazo, me sigo quedando con el beso, pues me la salto y así me ahorro hacer más sangre.


https://www.rtve.es/play/videos/los-pintores-del-prado/zurbaran-humilde-luz-del-sueno/7052956/



TOP-5 DIRECTORES MISÓGINOS ESPAÑOLES

1- Mur Oti

2- Buñuel

2- Regueiro

3- Almodóvar

5- García-Pelayo


TOP-5 DIRECTORES FEMINISTAS ESPAÑOLES

1- Jaime de Armiñán

2- Desierto

3- Desierto

4- Desierto

5- Desierto




REGUEIRO REVISITADO (9): "DUERME, DUERME, MI AMOR" (1974)

 


    No deja de ser paradójico que una de las comedias “surrealistas” más misóginas de la historia del cine español, junto con “Amanece que no es poco”, brille únicamente por la genial actuación de tres mujeres fuera de categoría, María José Alfonso, Rafaela Aparicio y Laly Soldevila. Los diálogos, los verdaderos puntazos, que vomitan por sus bocas, son buenísimos, pero sin ellas solo serían papel mojado. Solo por eso, y nada más que por eso, merece la pena el visionado. A “El grano de mostaza” (1962) de Heredia, la mejor comedia de la historia del cine español, no le hace ni sombra. Por cierto, a los personajes más patéticos de su filmografía, el camarero pajero, el hijo de Amador, el hijo-amante de la vecina, les bautiza Julito. Teniendo en cuenta que su cuñado se llamaba Julio, me da que las casualidades no existen.







REGUEIRO REVISITADO (8): "CARTA DE AMOR DE UN ASESINO" (1972)

 



     Primera revalorización inesperada, muy inesperada, ya doy por amortizada, justificada, la revisión. El Julio de hace unos años tenía razón, el Julio de hoy también, la diferencia es que el Julio de antes no había empezado todavía su radical, absolutista, camino recto hacia la pureza (muy ligada a la crueldad, en el buen sentido, de crudo), un camino sin vuelta atrás, ni falta que hace. Antes analicé la película desde el punto de vista del contenido, del machismo, y esta vez desde el punto de vista del espíritu, del ensimismamiento. Un enclaustramiento como vía de conocimiento, de depuración interior, que comprendo a la perfección. Todos los protagonistas de la película son solitarios extremos que buscan de forma desesperada, aunque nada externo muestre esa desesperación, el interlocutor privilegiado, soñado, aquel con el que tener una comunicación, confianza, absoluta. Una quimera llamada amor, que en el mejor de los casos se transforma en la búsqueda de Dios, la vía mística, o en el peor, en la búsqueda del demonio, el sexo, el asesinato. La pureza desata los monstruos interiores, los fantasmas, y solo las personas más fuertes, las más sensibles, creativas, pueden trascenderlos sin contaminarse, sin convertirlos en exteriores, sin autodestruirse del todo. La carne se multiplica cuanto más se acerca el espíritu, es la resistencia numantina de la vida a todo lo que la niega, trasciende. Cuando la anormalidad es la normalidad, cuando la pureza es la excepción, el ensimismamiento, la clausura, es la única solución viable, la única que conjuga el todo con la nada, el vacío con la plenitud. Por primera vez los lobos esteparios de Regueiro, de Hesse, dan el paso hacia el misterio, hacia el auto sacramental. Un camino hacia lo sagrado, hacia la superficie de lo real, que Delvaux, “El hombre del cráneo rasurado” (1965), reveló a Regueiro, y que Regueiro llevó a una dimensión más recia, sombría, terrosa (la fotografía de Luis Cuadrado es de otro planeta, algo que se ha perdido por completo con el cine digital), castellana. La película transcurre en un no lugar, en un espacio etéreo, indefinido, donde todo es posible, donde los fantasmas pueden tomar cuerpo, de Cristo.






P.D: Como Bresson, pienso que la música no es necesaria en cine, lo que no quita para que pueda apreciarla cuando se hace bien, y Regueiro es un gran seleccionador de música, aquí la música antigua, Renacentista, la cumbre de la música española, redobla la atmósfera enrarecida, atemporal. Una pasión por la música clásica que es extensible a los Regueiro. Se viene anécdota. De camino a Salamanca en tren, no recuerdo en qué estación, una entrañable anciana se puso a mi lado, y eso que el vagón iba casi vacío. Seguí leyendo como si nada mi libro de Delibes, no recuerdo el título, y de repente me habló. Estuvimos charlando más de una hora, de música, de literatura, de pintura, de la vida en general, de su vida en particular, y cuando ya llegábamos a la estación saltó la sorpresa, sin venir a cuento, o sí no recuerdo, me suelta que su hermano es un gran director de cine español, le pregunto quién, y me suelta a bocajarro el nombre de Regueiro. Le contesto que era mi director de cine español favorito, en ese momento lo era, y me dice que se lo va a decir porque anda desanimado desde que murió su mujer, le digo mi nombre y dice que lo va a recordar porque así se llamaba su difunto esposo. Fin del azaroso encuentro con Blanca (“Las bodas de Blanca”). Siguiendo con las anécdotas, la también burgalesa Rosa María Mateo es clavada a mi madre cuando era pequeño, y la casa de la protagonista es una geografía que he habitado, y no en sueños precisamente.





PRÓXIMAMENTE: DIOS ES ESPAÑOL (Cultura española para hispanófobos)

  EXORDIO Sangre y sol      No todo el mundo ha tenido la tremenda suerte, desgracia, de haber nacido en España, es una evidencia estadís...