29 marzo 2024

EL FIN DE LA CULTURA ALTERNATIVA ACCESIBLE

 



     Parto de la base de que toda cultura alternativa, anti-sistema, tiene vocación de marginal, pero hubo un tiempo, principios del siglo XXI, en el que cultura alternativa y mainstream combatían con las mismas armas, y tenían públicos relativamente masivos. Sobre todo si lo comparamos con la actualidad y con sus orígenes, los años 70-80, los años de clandestinidad de finales de la dictadura y el desparrame de la transición, de las diferentes movidas, que fueron muy minoritarias, incluida la madrileña. La cultura del fanzine estaba muy desarrollada, pero no iba más allá de un puñado de lectores, que generalmente no podían tener acceso al 90% de las cosas que se mencionaban, a pesar de que boletines tipo Discoplay, Tipo, y muchos otros que ni recuerdo el nombre, hicieron mucho para acercar la cultura menos convencional a precios bastante ajustados. Con la popularización de los reproductores dobles de vídeo y las cadenas de música, todas con plato de vinilo y dos pletinas de casetes, el cine y la música más alternativa empezó a difundirse de forma exponencial. De amigo a amigo, o comprando cintas piratas en los mercadillos, incluso cuando se introdujo el CD había tiendas de alquiler de discos que imitaban a los videoclubs a precios ridículos. Sumando unas cosas y otras, muchas bibliotecas públicas tenían una muy buena selección de música y de vídeo, podías llegar a la gran mayoría de discos recomendados por las revistas más o menos alternativas, tipo Popular 1 o Rock de Lux. Por supuesto podías comprar discos y cintas de vídeo de importación, pero hablo de cultura de barrio, no de urbanización, y el dinero siempre escaseaba. Todas estas limitaciones, sobre todo para desarrollar tu propio criterio, canon, estallaron por los aires gracias a internet. La cultura se democratizó, y los críticos, las revistas de pago, dejaron de tener el monopolio de la opinión, y de la información. Fue la edad de oro de las listas de correo, los foros de opinión y descarga, y los blogs, que en muchas ocasiones superaban en número de seguidores y de lectores a los de los medios de comunicación oficiales. Conseguir más de mil visitas diarias era lo habitual, incluso para mí que siempre he estado al margen del margen, y que la mayoría de mis escritos nunca han sido muy adecuados para hacer amigos y abrir puertas. Encontrar estos blogs, estos foros, era lo más fácil del mundo porque en los buscadores eran lo primero que aparecía gracias a su tremendo tráfico. Todo cambió con los logaritmos y con el fin del café para todos gratuito de google, ahora los blogs y los foros ni tan siquiera se indexan. Los programas de intercambio de ficheros tipo emule o torrent, multiplicaron las posibilidades de profundizar en tus pasiones sin la tutela de nadie, una posibilidad que no había tenido ninguna generación de cinéfilos anterior, que no podía ir mucho más de lo que le ofrecían las filmotecas, que al menos en España nunca se han caracterizado por su curiosidad y capacidad de riesgo.




     Con la llegada de la descarga directa directamente se alcanzó el nirvana cinéfilo, entre el deseo de ver una película y verla no pasaba más de una hora, lo que tardabas en teclearla en google y encontrar varios sitios alternativos donde poder bajarlas. Todo se fue el garete con las leyes anti-piratería, que perjudicaron sobre todo al cine y a la música más arriesgados, diferentes, el resto sigue teniendo los mismos canales de difusión de siempre. Ahora encontrar películas no populares es mucho más difícil, ya no hay una Uloz y muchas páginas similares que te faciliten el trabajo, no todo el mundo tiene acceso a Karagarga. Desde google ya es imposible informarte de nada, ni tan siquiera investigar, antes podías acceder a miles de fuentes, amateurs y académicas, ahora ni tan siquiera las hemerotecas de los grandes periódicos están disponibles. La gran mayoría de cosas que he hecho durante los últimos 20 años sería completamente imposible hacerlas ahora, algo que a mí no me afecta porque ya he podido realizar todos mis proyectos, pero que demuestra hasta que punto hemos retrocedido en materia cultural en apenas un lustro. El sistema nos abrió una ventana, nos dejó destruirlo desde dentro, y cuando se dieron cuenta de que libertad y negocio no eran cosas compatibles, creían que democratizando la cultura aumentaría también el público pagano, volvieron a cerrarla de par en par. La consecuencia es que el espectador medio, que en España es tirando a un cuarto, comodón y borrego como pocos, al dificultarles el acceso a la cultura más alternativa, marginal, han vuelto al redil, a las plataformas de pago, a los canales temáticos, a las páginas culturales de información oficial. Iba a decir que todavía quedan pequeños reductos como twitter o telegram, pero nunca tuvieron gran alcance en materia cultural, y mucho menos desde la llegada de Musk, que ha convertido twitter en otro google. Dentro de 10 años no quedará ni el recuerdo de esta edad de oro, la brecha entre los cinéfilos de los 70-80-90 y los siguientes será insalvable, el caudal de conocimiento, de experiencia, de inteligencia compartida, se perderá en el limbo. La dictadura fascista de Franco demostró lo fácil que es romper todos los hilos de la cultura española, la democracia lo imposible que es tratar de volver a hilvanarlos, sobre todo cuando ni tan siquiera se quiere hacer, y a nadie le importa realmente. Lo alternativo ha vuelto al margen, al clamor en el desierto, y teniendo en cuenta que el pastel a repartir es cada vez menor, es una quimera pensar que alguna vez podrá volver a suceder que un puñado de Davides puedan hacer frente, mearle en la cara, a Goliat (con su masoquista connivencia), a la comida rápida cultural, a la cultura oficial subvencionada. Nada dura eternamente, todo es transitorio. QUI TOTUM VULT TOTUM PERDIT, ACTA EST FABULA.






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