26 diciembre 2022

THE REHEARSAL (El ensayo) (2022) Nathan Fielder (Serie)

 


     Cuando has alcanzado la cumbre de la comedia-reality, del falso documental, “Nathan for You” (2013-2017), solo te quedan dos opciones: tirarte cuesta abajo, repetirte, o pasar al siguiente nivel, la tragicomedia, o en este caso la comitragedia, hacer pasar la comedia por una tragedia. No saber si lo que estás viendo es una tragedia o una comedia, personas reales o actores, si te lo tienes que tomar en serio o se están riendo de ti en tus propias narices. Como hablamos de Nathan Fielder, sabes sobre seguro que es la segunda opción, pero mientras lo ves es inevitable que te siembre la duda. Una duda extensible a la propia naturaleza de lo que estás viendo, ¿un docudrama?, ¿un reality?, ¿una ficción pura?, ¿un guiñol? Todas las opciones caben en tu cabeza, y eso solo lo puede conseguir un genio, del humor, y de la manipulación. Combinar el humor negro con el humor tontorrón, y que en todo momento no creas estar viendo una comedia, sino una ridícula tragedia con sutiles pellizcos de humor, que de tan gruesos se vuelven transparentes, para dar aire al drama, para quitarle hierro. La serie es el alter-ego perfecto de la cara de Nathan, un rostro tan inexpresivo como el de Hello Kitty en el que caben todas las interpretaciones, matices. No es que sea un cara de palo como Keaton, ni simule la inocencia de un Kaufman, es que da la sensación de que ni él mismo sabe hasta que punto una situación es graciosa o dramática, una especie de humor aspérgico, autista. Lo que viene siendo llevar los límites del humor, de la ficción, de la telerrealidad, a su límite real, la delgada línea roja que separa el absurdo de la carcajada. Nathan desnuda al humor del humor para que podamos contemplar lo patética que resulta la comedia inserta en la realidad, lo estúpido que resulta el drama cuando se ve desde fuera, con la distancia del humor, de la tragedia. Para que quede claro de una vez, la serie es el ensayo de un borrador, la escaleta de una realidad, que en manos de otro director, de otro humorista, sería un guión definitivo, una simple ficción. Si el humor es sacudirte las expectativas, darle la vuelta a los tópicos desde los tópicos, “El ensayo” es una continua carcajada abortada antes de salir. De nuevo se constatan dos axiomas de la manipulación, que cualquier cosa narrada con tranquilidad resulta verosímil, y que una mentira se convierte en verdad si se cuenta con convicción, si se cree en ella, la verdad objetiva no existe, solo percepciones. La verdad es una mentira a la que no se le ve la etiqueta, la ficción una verdad con costuras, y el amor una utopía de baja intensidad incompatible con la libertad. No sé si es la mejor comedia del año, o el mejor drama, pero desde luego es la mejor (salvo el último capítulo, un innecesario rizar el rizo, que vaya a haber una segunda temporada es un sinsentido), a años luz del resto, que han envejecido cien años con su aparición, ya no digamos “El Show de Truman”, “Familia”, “El elegido” no tanto, “Blow-Up” nada. Digamos que es una evolución, vuelta de tuerca, de “Next of Kin” (1984) y “El liquidador” (1991), ambas del también canadiense Etom Egoyan. El día a día de un sociópata, de un esquizofrénico, que no puede vivir sin verse, y el sueño de cualquier paranoico, inseguro, pre y pos pandémico, tratar de controlar, de anticipar, todas las variables de la vida, toda la gama posible de emociones, de reacciones. Hacer de la vida algo acabado, pulido, estable, y no un simple ensayo a base de pruebas y errores, sin vuelta atrás. Un complejo ejercicio de metahumorismo, la cebolla de la impostura, una completa deconstrucción, demolición, del arte dramático-humorístico, del cine como modelo, como reflejo. Un cagarse en el actors-studio, en el sistema Stanislavski, desde dentro, un asumir a regañadientes que la empatía, ponerse en el lugar del otro, es una quimera, un trampantojo. ¿Quién ganará al final, la teoría de juegos, o la teoría del caos?




Temo haber vivido mi vida como si ello fuera un simulacro. Como si yo tuviera el don de vivir por mí dos veces. De haber dejado a un lado la que importa en prenda de una vez futura, y haber malgastado en borradores la presente.” Rafael Berrio





23 diciembre 2022

EAGLEHEART (Corazóndeáguila) (2011-2014) Andrew Weinberg y Michael Koman (Serie)

 


     Hay personas a las que hace años que no ves, y que si la vida te las vuelve a poner en el camino, que no tiene porqué, si la vida te las apartó es por algo (no soy tan pretencioso como para pensar que soy yo quien las ha apartado, aunque aparentemente lo haya hecho), tienes la seguridad, o al menos la convicción, de que todo será como antes, que habrá un reconocimiento, complicidad, inmediata. Hacía muchos años que le había perdido la pista a Chris Elliott, a Chris Peterson, desde la mediocre “Cabin Boy” (1994), y en cuanto he visto su careto, lo bueno de los feos es que envejecen mejor que los guapos, a peor es imposible que vayan, y eso que hablamos de un pelirrojo, y escuchado su voz, doblada (Alberto Mieza, el mismo que doblaba a Ross Geller, “Friends”), la misma que tenía en “Búscate la vida” (1990-1992), ya me sentía como en casa. Las personas que te han hecho reír nunca se olvidan, por eso los humoristas son los amigos perfectos, y puedes volver a ellos cuantas veces quieras, quien comparte tu sentido del humor comparte tu forma de ver la vida, de sentir, de mear. Obviamente ha envejecido, siempre más que uno mismo, por alguna extraña razón, reacción, siempre te ves más joven que el resto de tus contemporáneos, pero su careto de amargado, de desprecio absoluto, de asco infinito, a la altura de Rick Mayall, Steve Coogan y Steve Martin, sigue ahí intacta. Quedarse calvo de jovencito imprime carácter, amargo, resentido, pero carácter. Aunque no hay que confundir la cara con la realidad, la cara no es siempre el espejo del alma, no se elige nacer feo. Como Chris Peterson, el protagonista de “Búscate la vida”, era un fracasado de libro, tan entrañable como Ignatius Reilly (“La conjura de los necios”), pues era lógico pensar que Chris Elliott también lo era, y va a ser que no. Antes de la serie había ganado cuatro premios Emmy, compartidos, como guionista del mítico programa de variedades “El Show de David Letterman” (el refugio de la segunda gran generación americana de humoristas, de la primera (1975-1980) fue SNL), donde también actuaba desarrollando diferentes personajes (hay muchas recopilaciones en este canal https://www.youtube.com/@dongiller), gérmenes de Chris Peterson y de Chris Monsanto. Ocho años tocando pelo, 1982-1990, que para un alopécico siempre es un plus. Y después de la serie, y a pesar del fracaso absoluto (su actuación fue nominada a los Razzies, los Oscars de lo peor del año) de “Cabin Boy”, con el mismo equipo de guionistas de la serie, y producción de Tim Burton, siguió, sigue, participando en muchos programas, películas y series. Lo más recordado su colaboración en la temporada 20 (1994-1995) de “Saturday Night Live” (tenéis el programa casi completo aquí: https://archive.org/search.php?query=creator%3A%22SNL%22&sort=titleSorter); sus papeles en “Atrapado en el tiempo” y “Algo pasa con Mary” (estuvo a punto de co-protagonizar “Dos tontos muy tontos”), en ambas nominado como actor secundario en los American Comedy Award; escritor de cinco libros, incluida su narcisista autobiografía, “The Guy Under the Sheets” (2012); casado desde 1986 con la misma mujer, y paridor, es un decir, de dos preciosas retoñas, una actriz-directora, Bridey (“Clara´s Ghost”, en la película sale toda la familia), y la otra humorista, Abby (SNL). Así que fracasado, lo que viene siendo un fracasado canónico, un Chris Peterson de la vida dependiente y sin pareja que vive en casa de sus padres, como que no es. Que tampoco pasaría nada, fracasar voluntariamente, o incluso involuntariamente, no deja de ser una forma de éxito, de autoconocimiento. Vivir para adentro no es una mala forma de vivir, aunque desde fuera nadie lo comprenda, ni falta que hace. Que cada cual viva como quiera, como pueda, o como le dejen, que suficientemente tenemos con sobrevivir como para ponernos a juzgar a los demás. Chris Elliott, con los años, lo que ha perdido en histrionismo, en infantilismo, tampoco mucho, lo ha ganado en sutileza, contención, y como hablamos de una serie que parodia al inexpresivo Chuck Norris (el origen está en la sección de Koman, "Walker, Texas Ranger Lever", para "Late Night with Conan O´ Brien") pues esa evolución viene de pel-las que diría Juncal. La diferencia entre el descerebrado Chris Peterson, y el descerebrado Chris Monsanto, es solo el apellido, el resto es la comedia de situación, la soap-opera, “Búscate la vida” transformada en una delirante serie de acción gore, 34 episodios de 10 minutos, en los que no hay tiempo ni para alargar las carcajadas. Obviamente no está a la altura (bueno, a partir del capítulo 5, la obra maestra “El abrazo de la muerte”, sí (salvo la tercera temporada que es una mierda), cuando Andrew Weinberg y Michael Koman desbarran, sobre todo Andrew, le hacen sombra al mismísimo Darin Morgan) de “Búscate la vida” (el personaje de Brett se merienda la serie), si los milagros se pudieran repetir ya no serían milagros, pero Chris Elliott demuestra que volver se puede volver, aunque sea con la frente marchita, y el aspecto alimonado, amojamado, de Pablo Motos.







20 diciembre 2022

GILDA LIVE (En directo) (1980) Mike Nichols

 


     Como buen español, soy prejuicioso. Como mal español, siempre trato de sepultarlos a base de conocimiento, de curiosidad. Y el prejuicio más asentado, extendido, tanto en España como en el resto del mundo, es que las mujeres carecen de sentido del humor, que por razones casi biológicas están incapacitadas para ejercer de humoristas. La estadística, la historiografía, no engañan, los fríos datos objetivos son incontestables. En el imaginario colectivo universal no hay ninguna mujer humorista conocida, ninguna. ¿Injusto? Pues sí, porque las hay, y porque hay que preguntarse las razones de este ninguneo. Que haya habido pocas mujeres dedicadas al humor tiene una sencilla explicación, las mujeres a lo largo de la historia han sido educadas en la discreción, en la corrección, en la sumisión, tres características incompatibles con el humor, que es transgresor, provocador, antisistema, por definición. En cuanto la mujer empezó a salir del castrador ámbito de lo doméstico, en cuanto empezó a socializar en los Salones, el humor también afloró en sus espíritus, un humor que siempre había estado larvado, reprimido. Las escritoras empezaron a hacer uso de él pero con limitaciones, solo les estaba permitido un tipo muy concreto, la ironía, el humor chabacano, escatológico, verde, era patrimonio exclusivo de los hombres, las mujeres no podían ser vulgares, solo elegantes, recatadas.



     Con el nacimiento del cine, del slapstick, del humor físico, la cosa empezó a cambiar lentamente, muy lentamente. Pese a excepciones excepcionales como la gran Mabel Normand, la primera gran humorista de la historia, se codeaba con Chaplin, la mujer en el cine mudo seguía ejerciendo un papel completamente pasivo, de objeto amoroso, de reclamo sexual. La situación en el sonoro tampoco cambia demasiado, solo las mujeres fatales, Greta Garbo, Mae West, Lauren Bacall, y las fierecillas domadas, Katherine Hepburn, Carole Lombard (“Confesión sincera”), la segunda gran humorista de la historia, pueden permitirse la ironía, y el resto el papel de tontas rubias, graciosas y alocadas, de Lucille Ball, la tercera gran humorista, a Marilyn Monroe, pasando por Judy Holliday, aunque la pionera Lucille, sus comedias televisivas arrasaron, "I Love Lucy" (1951), "The Lucy Show" (1962), y la superdotada Marilyn, de tontas tenían lo justo, como mucho se lo hacían. Estereotipo que sigue intacto en la actualidad, Cameron Diaz, Jennifer Aniston, Lisa Kudrow, incluso en España, donde Patricia Conde, ligera evolución de Fedra Lorente “La Bombi”, lo clava. Con la liberación de la mujer en los años 60-70, de la mujer americana, no nos pasemos de optimistas, gracias al hippismo y al feminismo, las cosas empiezan a cambiar. Carol Burnett tiene su propio programa de variedades, “The Carol Burnett Show” (1967), un hito comparable al posterior de “Las chicas de oro” (1985), o en la misógina (¿alguien recuerda a alguna humorista en “Flying Circus”?) Gran Bretaña “The Tracy Ullman Show” (1987), “Keeping Up Appearances” (1990) y la genial "Absolutely Fabulous" (1992) de Jennifer Saunders. Barbra Streisand y Goldie Hawn (Meg Ryan) protagonizan películas, Goldie (Meg) perpetuando el rol de rubia inocente, y Barbara llevando a cotas sublimes el de pesada despistada, “¿Qué me pasa Doctor?” (1972), “Combate de fondo” (1979). Elaine May (“The Heartbreak Kid”, "Ishtar”) dirige comedias, Lina Wertmuller (“I Basilischi”) en Italia.




     Y Gilda Radner, Guilda Radna, la mejor comedianta de los tiempos modernos, a la altura de Andy Kaufman, siendo la mejor con diferencia de la primera etapa del mítico programa televisivo “Saturday Night Live” (1975-1980), la cuna de todos los monologuistas-humoristas españoles, sobre todo los más politizados, sin olvidar a los omnipresentes Monty Python. De hecho es aquí en España donde más se la ha plagiado, José Mota, Joaquín Reyes, y sobre todo Silvia Abril, no saben hacer otra cosa. Fue la única mujer humorista integrante de la versión teatral de la revista satírica “National Lampoon” (el resto eran John Belushi, Chevy Chase, Bill Murray, Brian Doyle, Harold Ramis (sí sí, el director de “Atrapado en el tiempo” (1993), y principal artífice de la serie canadiense de sketchs “Second City Television” (SCTV), solo en su primera temporada) y Richard Belzer), el germen de SNL (más Steve Martin, “Un tipo solitario”). Aunque en SNL había más, Jane Curtin, Laraine Newman, ninguna tiene su vis cómica, su desparpajo, su dominio de la escena, de los silencios, de las miradas, su facilidad para crear diferentes personajes, Judy Miller, Barbara Wawa, Rhoda Weiss, Lisa Loopner, Roseanne Roseannadanna, Emily Litella, todos igual de entrañables, de geniales. Aúna todas las disciplinas artísticas, era una genial cantante, bailarina, música, payasa, en el humor físico no tiene parangón, solo se la puede comparar con Lina Morgan, nuestra mejor comedianta (tampoco hay mucho donde elegir, la pionera Luisa Esteso, Mari Sampere, a la que nunca le he visto la gracia, la displicente Rosa María Sardá, la descerebrada Paz Padilla, Yolanda Ramos según el día, Eva H. muy al principio, y la brutal Victoria Martín, cuando lo era, ya no). Pues todas esas virtudes, y muchas más, se pueden apreciar en esta maravillosa película, que en principio se iba a llamar como su espectáculo en Broadway “Gilda Radner: Live from New York”, antología musical de sus mejores personajes en SNL, en todos los casos mejorando los sketches originales. La obra maestra absoluta de las películas que recogen una obra en directo (no solo de Stand-Up, vamos Club de la Comedia), que en general no pasan de vulgares registros. La judía Gilda Radner en continuo estado de gracia, dejando para la posteridad lo mejor de sí misma en el momento cumbre de su carrera (sin olvidar sus delirantes intervenciones en “The Muppet Show”), y el más bajo de su vida, tenía graves problemas de bulimia-anorexia. A partir de ahí el declive artístico, y la felicidad vital, se casa con el cachondo de Gene Wilder ("El jovencito Frankenstein" (1974), "Sillas de montar calientes" (1974), "El expreso de Chicago" (1976), y todas las películas con Richard Pryor), que la dirige en su peor etapa, “Una fuga muy chiflada” (1982), “La mujer de rojo” (1984) y “Terrorífica luna de miel” (1986), Radner no pudo expresarse del todo en cine, o no a la altura de Madeline Khan. Y de repente la diagnostican un cáncer de ovarios, del que moriría con 42 años solamente, no sin antes convertirse en una activista del diagnóstico precoz del cáncer, y escribir su autobiografía, “It´s Always Something” (1989), que no pudo ver publicada. En la actualidad todavía existen los “Gilda´s Club”, creados por Gene Wilder, familia y amigos, unos centros que sirven para ayudar y orientar psicológicamente a las familias con cáncer. Volviendo al principio, si después de ver esta película, seguís pensando que no existen grandes humoristas mujeres, el problema es vuestro, que sois unos siesos, unos tristes, unos descastaos.


https://mega.nz/file/VionUSLT#ATOxNMFVqhJGwvHT509PSbaC8s7BZ25ApVtga0JvFG0



 “Las noticias nunca significaron nada para nosotros en “SNL” porque siempre las mirábamos para ver cómo satirizarlas. Nada en nuestra vida personal era sagrado. Lo usábamos todo como material para el programa. Lo más importante eran esos noventa minutos en directo el sábado por la noche. ¿Qué importaba que todo el mundo se estuviera desmoronando mientras pudieras encontrar una broma o inventar una escena? Millones de estadounidenses vieron lo que hicimos, y fue un momento mágico. Creíamos que éramos inmortales, al menos durante cinco años. Pero eso ya no existe. Ahora suceden cosas reales.” Gilda Radner



18 diciembre 2022

LA MUERTE EN VIVO (1986) Henri Plaat

 



     Modificando ligeramente el título de la mejor canción de los alemanes Einstürzende Neubaten, “Silence is Sexy”, la decadencia, la memoria, también pueden ser sexys, siempre y cuando ese ejercicio de impotencia nostálgica se realice con humor, y color (el glorioso 16 mm. de Kodak), sin hacer del pasado, del deterioro, una carga, una queja, una vulgar elegía, recreación. Antes de nada voy a situaros al personaje, al artista. El holandés Henri Plaat (1936) es el Joseph Cornell europeo, es decir, alguien que adopta el cine como su juguete personal. Un artesano amateur, de amante, que se expresa cinematográficamente con total libertad, sin ningún tipo de condicionamiento económico ni de corsé narrativo, sin la sacrosanta limitación de la historia-personaje. Su forma de concebir la creación es completamente abierta, anti-pretenciosa. Es un autor, en el sentido de que todo lo que hace es totalmente personal y reconocible, pero no hay una sensación de prepotencia, de narcisismo, solo juego, diversión e imaginación. Las películas de Plaat son la infancia del cine, alguien que observa la realidad, y el pasado, y los reconstruye hasta llevárselos a su propio terreno sentimental. Lo exterior lo transforma en interior, en sensaciones, en colores. Su cine viajero, sobre todo el dedicado a Hispanoamérica, no es una serie de postales, es un territorio apátrida en el que las luces, los vacíos, las cosas, y su deterioro, tienen más importancia que las personas, que los edificios singulares, recuerda a la Akerman americana (“News From Home”). Plaat, al igual que Cornell, es un pintor, un collagista, que imprime su propio universo en todo lo que mira, y lo reordena a capricho (es un excepcional montador como Alberto Cima, también sonoro) siguiendo criterios plásticos, de estricta belleza personal. Incluso cuando trata el tema de la muerte como en esta película, lo hace de forma vital, luminosa. Es un decadente, un sibarita, proustiano, como el rey del fogonazo Guy Gilles, con la sana falta de prejuicios, de sentido del ridículo, e idéntica capacidad de inocente transgresión, de Werner Schroeter, de Juan Sebastián Bollaín. Plaat en apenas dos minutos, “Absurdo”, te puede hacer un thriller de suspense lleno de agujeros que pondría palote al mismísimo David Lynch, o a su misterioso par franco-español Adolfo Arrieta. Plaat te descoloca para bien, no deja al espectador una película ya jugada, con unas reglas de interpretación precisas, te da los mimbres para que armes, o desarmes, tu propio puzzle. Plaat es un jugador, un niño que se trasviste de adulto porque la infancia se le queda chica, y el mundo adulto le viene demasiado grande. Os recomiendo “La muerte en vivo” (rodada en Ecuador, Bolivia, Argentina y Uruguay, en torno al lago Titicaca), su película más sobria, contenida, esencial, mística, porque es mi favorita (ex-aequo con "Absürd", "Fashion from New York" y "Spurs of Tango"), aunque la recomendación la hago extensible a toda su filmografía, así que os he subido los 19 juguetes de que dispongo.


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El medio cinematográfico es una extensión y parte de mi práctica visual artística, porque las específicas posibilidades del momento, y también las hay en mi arte visual, siempre hay un elemento de suerte. Cuando hablo en términos pictóricos, a veces las cosas pasan sin que tú hayas contribuido, eso es suerte, y sucede también muchas veces en las películas. Pasa una mancha y cuando decides filmarla o no, porque cuando vuelves al lugar ya es demasiado tarde, y entonces la luz se ha ido y la situación ha cambiado. Necesitas actuar instantáneamente. Quiero registrar lugares y cosas antes de que sean destruidas por la modernidad y el progreso. Antes de que se pierdan para siempre.” Henri Plaat





FILMOGRAFÍA


1968 - Hitler Stay Away from my Door

1969 - I Am an Old Smoking, Moving Indian Movie Star

1969 – The Strange but Unknown Star

1970 - Dr. Imbédébilius (1970)

1972 - El Cardenal/The Cardinal

- Real Fine Tea from Berlin

- It is not Surprising

1973 - Absürd

1973 - Laughter in the Rosary

1974 - The Strange but Unknown Movie Star

- Postcards

1975 - Sepp Södel Next Week

1976 – Prestcold

- Sferen

1977 - Lost Rooms

- Now That You are Gone

1978 - Der Graf Von Rü

1979 - Grave 17B

1980 – Fashion from New York

1980 - Spurs of Tango

1981 – Ladakh

- El niño perverso

- Other Thoughts 1

1983 - Fragments of Decay

1986 - La Muerte en Vivo

- 2nd War Hats

1988 - Return to Prestcold

1989 - De ingekleurde droom

- Este Coche

- Un sueño coloreado

1990 - Other Thoughts 2

- Madamme Ivonne

- Up Hill and Down Dale

- Fashion from New York

1992 - On the Road a Smiling Stone

- Other Thoughts 3

1993 – Cuba

1995 - Moroccan Lights

1998 - Luz y sombra

2002 - Shanghai Rumba from Cuba

2004 - A Fleeting Dream

2008 - Other Thougts 4








13 diciembre 2022

HEXED (Linda, loca y peligrosa) (1993) Alan Spencer

 



     Si me dan a elegir entre un buen polvo y una buena carcajada, escojo con los ojos cerrados, con los ojos abiertos a lo mejor me lo pienso, no creo, una buena carcajada. Incluso aunque el polvo fuera con Adrienne Shelly, el gran mito erótico del cine independiente americano de los 80/90, la pelirroja protagonista de “La increíble verdad” (1989) y “Confía en mí” (1990), ambas de Hal Hartley, el clon del vampiro Godard. La propia Shelley hizo sus pinitos en la dirección-guión tratando de emular sus éxitos con Hartley con escasa suerte, pericia, a pesar de que a “Sudden Manhattan” (1996) la bautizaron como la “Jo, ¡qué noche!” (1985) protagonizada por una mujer. Que va a ser que no, lo único salvable de sus películas es su aniñada presencia, más que suficiente para algunos stalkers, para mí no. En cambio esta película (en la que Adrienne hace un entrañable papel secundario, que aún así no eclipsa el papelón de la exótica Claudia Christian, que demuestra que no solo sabe chillar, que es más que graciosa) sí que es la versión absurda de la película de Scorsese, digamos que es “Jo, ¡qué noche!” como la hubieran realizado los hermanos Abrahams (“Aterriza como puedas”, “Agárralo como puedas”) en sus inicios, la genial por momentos “Police Squad!” (1982). Es decir, sucesión de gags surrealistas aparentemente blancos, a lo Jerry Lewis, con cientos de pequeños detalles secundarios que pasan desapercibidos si no estás atento al 100%, en plan viñeta de Ibáñez (el director Alan Spencer fue el creador y guionista de la serie “Sledge Hammer!” (1986), una parodia de Harry el sucio, de Mike Hammer, en la línea de “Superagente 86” y de "Police Squad!"). En cuanto al contenido, por mucho que la propia película se publicitara como una parodia de “Instinto básico” o “Atracción fatal”, más bien es una relectura alocada, negra, de la moñas “La vida secreta de Walter Mitty” (1947), que venía a ser la historia de un pobre hombre que se inventaba otra vida para poder sobrellevar la sensación de fracaso. Aquí también fantasía y realidad acaban confluyendo, demostrándose de nuevo que lo peor de los sueños es lograrlos. Si vuestra vida es una mierda, no desesperéis, ni luchéis por salir del pozo, haceros pasar por otra persona, crearos una biografía desde cero, mucho más barato y creativo que vivir de verdad, algo que está muy sobrevalorado.


https://uloz.to/file/ObLW0ECeAcyg/hexed-1993-en-spa-mkv#!ZGL3MwR2ZzR4ZwOuBJH5A2L5LmZkZJq5L0STYGudHTcmqwpjBD==



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  EXORDIO Sangre y sol      No todo el mundo ha tenido la tremenda suerte, desgracia, de haber nacido en España, es una evidencia estadís...