28 diciembre 2023

CINE MUJERES / WOMEN´S CINEMA (TOP 100) (Antolejía / Antolye) (Antología / Anthology) (Última actualización)

 



    Con esta actualización inauguro un nuevo formato de antolejía en el que me traiciono (estoy totalmente en contra de los cromos, de las imágenes bellas descontextualizadas) con la finalidad de que las películas tengan alguna oportunidad. El tiempo de los textos de larga extensión pasó a la historia, nadie tiene tiempo ni ganas de leer sobre cine, me incluyo, y no lo veo como una involución, o no del todo. Como siempre he pensado que la única finalidad de escribir sobre cine es servir de estímulo para ver las películas, cuanto menor sea esta mediación mejor. El objetivo es tener una visión global del tema de la antolejía en apenas una hora de lectura, o todavía menos si se prescinde de leer los textos, que existiendo las imágenes son totalmente prescindibles. Este nuevo formato no tiene nada de original, es trasplantar los aciertos de twitter en la difusión del cine, es decir, cuatro imágenes, y un pequeño texto, bilingüe. Odio el inglés con toda mi alma, y casi en general toda la incultura anglosajona, pero como se trata de que las películas encuentren su público, pues cuanto más global sea mucho mejor, y con el español y el inglés cubro casi el 100% de todos los cinéfilos del mundo. La otra novedad es que desaparecen las caras-b y las postdatas para evitar la dispersión y la sensación de batiburrillo, ahora son estrictamente mis 100 películas favoritas, sin ninguna limitación por director, con una nota de corte de notable alto, vamos que me costaría Dios y ayuda introducir algún cambio. Como hay más de 10 novedades con respecto a la actualización de 2019, quiere decir que he hecho muy bien mi trabajo. Entre las descartadas hay muchas películas que me gustan mucho pero en todo momento ha primado la calidad formal sobre la subjetividad, no descarto hacer algún día una segunda parte con todas ellas. Trataré de hacer lo mismo con el resto de antolejías. Como no son películas muy comerciales, si tenéis algún problema para verlas, tan fácil como pedírmelas por correo. El fin último, único, de todas las antolejías es que las películas lleguen a sus interlocutores privilegiados, aquellas personas que las necesiten y las valoren, que para eso fueran creadas, para servir de compañía, comprensión y crecimiento. AMÉN.


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CHESHME (La fuente) (1972) Arby Ovanessian

 



(Sí, lo sé, IRÁN NOS MEA EN LOS OJOS estaba cerrada y más que cerrada, pero me gustan los números redondos, y 19 no lo es, 20 sí. Y no, no es una película de relleno para cubrir el expediente, es una TOP 10, una sorpresa inesperada que eleva esta antolejía al grado de excelencia. Aprovecho para meter una nueva postdata, la segunda película de Marva Nabili, “Nightsongs” (1983), que podría tener su propia entrada perfectamente, pero entonces serían 21, y llegar hasta 25 sería misión imposible sin rebajar la nota media.)


     Lo que diferencia el cine oriental del cine occidental es el sentido del tiempo, un sentido atrofiado a base de velocidad, de montaje hiperacelerado multi-cámara, el estándar de todas las películas y series actuales, y no hablo solo de cine multisala. Digamos que la estúpida inmediatez de las redes sociales, de los móviles, han convertido al espectador medio, alto y bajo, en un cagaprisas. Cualquier vacío de un segundo le inquieta, le impacienta, todo tiene que ser un continuo fluido sin agujeros, sin silencios, la única forma de tratar de mitigar su angustia, vacío, existencial. Cuando no pasan cosas es que no pasa nada, justo cuando el espectador tiene que dar la talla, cuando tiene que mirar, que absorber toda la información que le da el plano, y no solo espacial, también temporal. Muchos espectadores no comprenderán la grandeza de esta película porque no está solo en sus medidos encuadres, su punto fuerte es la duración de los planos, esos momentos de suspensión que convierten cualquier imagen, cualquier matiz lumínico, cualquier cosa, en algo sagrado, en un icono. Hablamos de un director iraní de origen armenio, luego la trascendencia, el poso, están asegurados, de hecho esta película inaugura, premeditadamente, el tempo iraní. “La fuente” es todo lo contrario a un espectáculo, a un entretenimiento, con ella no vais a poder rellenar el tiempo, despistar el aburrimiento, solo podéis aprender a disfrutar del tiempo, a regodearos en él, en lugar de luchar contra él. Si no sois capaces de valorar las esperas, de convertirlas en un potenciador de sensaciones, de sentimientos, de reflexiones, tenéis un problema, y desde luego la culpa no la tiene la película, pura pasión desapasionada, distanciada, ni yo.




He encontrado la fuente de la vida,

¡qué me importa mi vida! Rumi



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P.D: NIGHTSONGS (Canciones nocturnas) (1983) Marva Nabili



     El 90% de los directores exiliados, ya sea de forma voluntaria o forzosa (en este caso huyendo de la Involución Islámica), se mimetizan formalmente con su país de acogida. Lo que muchos nacionalistas, supremacistas, llamarían integración, más bien desintegración, desraización. No falla, ni tan siquiera los latinos, los españoles, supuestamente culturas muy marcadas, diferenciadas, únicas, son ajenos a este proceso. Arrieta, Berzosa, Lledó, Buñuel, Arrabal, en cuanto cruzaron los Pirineos, mental o físicamente, se afrancesaron, y lo que ganaron en forma, y en cuenta corriente, lo perdieron en esencia, en potencia. Dice un refrán castellano que allí donde fueres haz lo que vieres, y la gran mayoría de directores exiliados se lo toman al pie de la letra, como buenos conversos, es la forma más cómoda, rápida, de ser aceptados, asimilados. Probablemente la única excepción sea los directores iraníes, que siguen haciendo películas formalmente persas incluso en la cuadriculada Alemania, Saless, o en la absorbente Estados Unidos, Naderi. Bueno no siempre, la infame “Copia certificada” de Kiarostami, Francia no paga traidores, a su amanerada patria. Pues bien, la pintora-poeta Nabili está dentro de ese 10% de elegidos, de directores con personalidad, raíces, a prueba de bombas. Y si en Irán se marcó una de las 10 películas formalmente más potentes de su historia, “Khake Sar Beh Morh” (El suelo sellado) (1977), también de las más transgresoras, feminismo e Islam son términos antitéticos, en los Estados Unidos repite la jugada, con una de las películas formalmente más rigurosas del cine americano de los 80. Como Nabili tampoco aspiraba a ser vampirizada en el contenido, elige un tema en el que poder meter la patita en los Estados Unidos sin sacar del todo la pezuña de Irán, el choque cultural, y generacional. Un tema que tan buenos rendimientos económicos dio a Ang Lee, “Manos que empujan” (1991) y El banquete de boda” (1993), que como buen asiático captó de inmediato los códigos narrativos, y los hizo suyos, los clonó. Nabili no, Nabili hace una película iraní fronteriza, al límite de la cámara oculta, protagonizada por asiáticos (Nabili vivía y trabajaba en Chinatown), doble riesgo, doble salto mortal, y como no tenía red, no volvió a dirigir nunca más (previamente había sido ayudante de dirección y actriz en “Siavash dar takht-e Jamshid” (1967), dirigido varios cortos en Londres y New York donde se fue a estudiar cine, ocho episodios de la serie infantil “Afsaneha-ye kohan-e Irani” (Antiguas leyendas persas) (1977-1978), y su obra maestra “El suelo sellado”).





"Por su sensibilidad y alcance, esta película de la iraní Marva Nabili... se encuentra fácilmente entre las mejores películas sobre inmigrantes, desde "Chan is Missing" de Wang a "America America" de Kazan… Cada escena… hace palpable la alienación y la explotación de los extranjeros en este país. La película consigue construir una realidad social muy compleja a través de sus increíbles detalles y los matices de las tramas paralelas cuidadosamente elaboradas. Lo agradable es que, aunque la película tiene una tesis definida, también deja a sus protagonistas amplio espacio para respirar y actuar, una combinación poco frecuente." Helen Knode



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IRÁN NOS MEA EN LOS OJOS





TOP 10 CINE IRANÍ / IRANIAN CINEMA

 

01- Khaneh siah ast (1962) Forugh Farrokhzad



02- Cheshme (1972) Arby Ovanessian



03- Tabiate bijan (1974) Sohrab Shahid Saless



04- Shatranj-E.Baad (1976) Mohammad Reza Aslani



05- Khake Sar Beh Morh (1977) Marva Nabili



06- Saheye Bolande Bad (1979) Bahman Farmanara



07- ¿Jâne-ye dust koŷâst? (1987) Abbas Kiarostami



08- Ab, bâd, khâk (1988) Amir Naderi



09- Ayneh (1997) Jafar Panahi



10- Delbaran (2001) Albolfazl Jalili







TOP 10 CINE MUJERES / WOMEN´S CINEMA

 

01- Comptines (1975) Manon Barbeau



02- Örökbefogadás (1975) Márta Mészáros



03- Khake Sar Beh Morh (1977) Marva Nabili



04- Von wegen Schicksal (1979) Helga Reidemeister



05- Agatha et les lectures illimitées (1981) Marguerite Duras



06- Die Reise nach Lyon (1981) Claudia von Alemann



07- Toute une nuit (1982) Chantal Akerman



08- Rit over de grens (1994) Rosemarie Blank



09- Gubben i stugan (1996) Nina Hedenius



10- Mein Stern (2001) Valeska Grisebach






22 diciembre 2023

CERRAR LOS OJOS (2023) Víctor Erice

 


     No voy a haceros sufrir esperando la sentencia, la carrera de Erice es de una coherencia absoluta, comenzó mal, muy mal, “Las ilusiones perdidas”, “Los desafíos”, y termina, o no, igual de mal, o peor, de manera catastrófica, cinematográficamente hablando, si es que se puede emplear la palabra cinematógrafo para definir este sindiós, este sincine. Como hablamos de un director de larga, por edad, e irregular trayectoria, los críticos aman la fallida “El Sur”, y el público “El espíritu de la colmena”, pues lo difícil es decidir cómo abordar la crítica de esta película, si desde la condescendencia, desde la admiración, desde el cariño, o exclusivamente desde el cine, la única forma honesta, la que deja fuera el componente emocional, personal. De primeras decir que mis expectativas eran nulas, desde “El sol del membrillo” nada de lo que había hecho Erice me había interesado, tocado, formalmente hablando, así que cualquier sorpresa hubiera sido positiva, por desgracia no la ha habido, se confirma su inexorable declive creativo, su irreparable orfandad de Ángel Fernández-Santos y Adelaida García Morales, sin esqueleto las imágenes, las palabras, se diluyen en la nada. En cuanto al edadismo a la contra, el de alabar a alguien simplemente por su edad, como si hubiera que protegerlo de algún modo de la sensación de fracaso, ya que las posibilidades de remontada a ciertas edades es casi imposible, pues es algo en lo que nunca he caído, ni tan siquiera con Oliveira, no hay mayor desprecio a un creador que tratarle como si fuera retrasado, sobre todo si como en el caso de Erice es tan auto-exigente con su trabajo, nadie es profeta en su espejo. Cannes fue de mi parecer y no le regaló, como a Almodóvar, la Sección Oficial, hubiera sido menospreciarlo, devaluar su propia filmografía. Películas, no nombres, paternalismo en el que caen la mayoría de Festivales. Pasemos a la admiración, el hecho de que admire a alguien nunca me ha hecho dejar de ver sus defectos, sus errores, vamos que no es ciega, ni incondicional. A Erice lo admiro, y por respeto jamás le doraré la píldora solamente para no herir su orgullo, casi siempre desmesurado, de creador, las personas creativas son profundamente frágiles, pero no idiotas, prefieren una ostia a mano vuelta a una condescendiente sobada de lomo. En cuanto al cariño, pues no se lo tengo, el hecho de que retenga la publicación del libro póstumo de cuentos de Adelaida García Morales, que en sus libros siempre lo caracterizaba como vampiro, me hace más bien sentir un profundo desprecio personal por él, Adelaida es de la familia, Erice no.




     Luego resumiendo, expectativas cero, admiración y falta de cariño, hacen que pueda afrontar la película de forma equilibrada, racional, sin necesidad de cebarme, ni corriendo un tupido velo. Me hubiera encantado que me gustara, pero no ha sido así, y tengo que ser honesto aunque le duela al propio Erice, y un poco a mí mismo porque ya no disfruto con estos aquelarres. Pasemos al intento de análisis, el porqué no me gustado, ni tan siquiera interesado. De primeras decir que si la hubiera visto a ciegas jamás hubiera podido identificarla como una película de Erice, jamás hubiera asociado la mediocridad con él, la podría haber firmado el mismísimo Garci (“El abuelo”). La primera secuencia, los tres primeros planos, son prometedores, se aprecia una distancia, espacial, temporal, que anticipa cierto poso, rigor, formal. Temple espejismo que se ve desmentido con la convencional, vulgar, forma de resolver el diálogo de los protagonistas, cualquier realizador televisivo lo hubiera resuelto igual, de Erice espero mucho más. Del guionista también, soltar toda la información con palabras nunca es una buena opción cinematográfica, siempre es lo más cómodo, literario, teatral. Un primer acto tedioso, 15 minutos de cháchara insustancial (parece una novela policiaca de las malas, digamos que es una versión de los chinos, nunca mejor dicho, de “El halcón maltés”, pero ni Erice es Huston, ni Coronado Bogart), que te sacan completamente de la película, y que no te despiertan ni el menor interés por saber lo que va a pasar en el segundo, ni por profundizar en los personajes, carentes de interés, tanto el de Pou como el de Coronado, vamos que más que una siembra es un funeral. El segundo acto es todavía peor, mucho más vulgar, televisivo, explicativo, ilustrativo, con unos mimbres muy parecidos el testamento cinematográfico de Jaime de Armiñán, “14, Fabian Road” (2008) , es infinitamente más profundo, maduro, misterioso. Las actuaciones de los secundarios, la de la presentadora roza el ridículo, hace buena la plana de los protagonistas, salvo la de Coronado, que da hasta grima. Mala, falsa, es “Tren de sombras”, pero este pastiche-culebrón pseudo-metacinematográfico no hay por donde cogerlo. Sin Adelaida García-Morales no hay tensión, atmósfera. Sin Fernández-Santos no hay costumbrismo, raíz. Erice naufraga estrepitosamente queriendo emular las películas de pesquisa de Welles, las películas de itinerario de Kiarostami, no hay doblez, ironía, narración, sorpresa. Es tan carente de ideas, de emoción formal, como las últimas de Almodóvar, y lo digo con pena, al cine español ya no lo puede resucitar ni Regueiro (tendré que retomar “España cruel” y “Tierra absoluta”).







17 diciembre 2023

SAYEHAYE BOLANDE BAD (Sombras altas del viento) (1979) Bahman Farmanara

 


(Basta que des por finalizada una antolejía, para que de repente, y por casualidad, aparezca la piedra de rosetta de tu película iraní favorita, “Delbaran”, y casi se podría decir que de todo el cine iraní de los 90)


     KILL YOUR IDOLS, mata a tus ídolos, el ídolo de hoy es el tirano del mañana. La perfecta metáfora política de los iranís (y de cualquier otro país con tendencias autocráticas, vamos todo el mundo, incluido España, que en la actualidad vive un trampantojo de democracia), que con la aparición de los Ayatollahs, los eunucos rock-star del Islam, cavaron su propia tumba. Una tumba más honda que el resto de países porque Irán en los años 60-70 era un paraíso de libertad, sobre todo creativa, hasta los desnudos eran algo cotidiano. Lo que siempre han sido en la despendolada cultura árabe, la más sensual, sexual, del mundo, al menos hasta la llegada de los impotentes talibanes. He dicho metáfora, pero es tan cristalina, terrorífica, como las sátiras políticas de Abuladze, de hecho fue prohibida antes y después del Shah, de la Involución, lo de equiparar a los líderes supremos con espantapájaros, por alguna extraña razón no les terminó de convencer, ya se sabe que ironía y política, ironía y religión, son cosas incompatibles. El potente formal Farmanara (nació el mismo día que yo, algo que imprime carácter, libertario), incluso se podría decir que prepotente formal (“Shazdeh Ehtejah” (1974) formalmente tiene momentos dignos de Huszarik, del mejor Abuladze en blanco y negro) no pudo volver a dirigir hasta el año 2000, y lo hizo poniendo los huevos sobre la mesa, con una sátira, “Booye kafoor, atre yas”, en la que se ríe de sí mismo, y sobre todo de Kiarostami, que no podría existir sin él (incluso produjo su primera película, “Gozaresh”), tampoco Makhmalbaf. Todos los planos secuencia sostenidos del cine de los 90, todas las estructuras concéntricas, todo el simbolismo sufí, todos los agujeros San Fernando, un rato a pie y otro andando, todos los planos generalísimos, ¡arriba Irán!, nacen de esta grandiosa película, la fotografía y el montaje son deslumbrantes, y tienen su culminación humanista, optimista, en “Delbaran” de Jalili, el único que le puede igualar en grandeza formal. Como sucede con “Shatranj-e Baad” (1976) de Aslani (producida por Farmanara, lo mismo que la película de culto “Leolo”), no os sintáis culpables por no conocerla, más de 40 años prohibida (en Irán sigue estándolo) la borraron del mapa cinéfilo, un mapa que solo por estas dos películas tendría que estar marcado con una crucecita roja, perdón, con una medialuna roja. 




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P.D: De propina este pequeño gran corto (“Zan va Shohare Karegar” (La aventura de una pareja casada) (2013) de Keywan Karimi) sobre la incomunicación en el matrimonio, sobre la alienación laboral, tanto monta monta tanto. Muy inquietante como se mueven las pupilas al ritmo de las botellas.


https://vimeo.com/64127277




14 diciembre 2023

POESÍA COMPLETA DE LYDIA CHERVINSKAYA (Nueva traducción)

 



     Hay cosas que nunca se olvidan, los idiomas no son una de ellas. Llevado por mi pasión por la literatura rusa, el vodka Moskovskaya, y la iconografía soviética, lo que viene siendo comunismo de postal, con 18 años empecé a estudiar ruso de forma autodidacta. No pasé de memorizar el alfabeto cirílico, y algunas palabras, frases, sueltas. Las suficientes para poder fingir que sabía ruso, e impresionar a alguna incauta, generalmente bastante cocida. Las mismas frases, palabras, me sirvieron para confraternizar con algunos polacos en Inglaterra, dado mi nivel de inglés resultaba más comprensible en ruso. Con los años esas palabras se fueron reduciendo a su mínima expresión, hasta el punto de que solo podía escribir Julio en ruso, y más que nada porque hubo una época, en concreto en Portugal, en la que firmaba mis caricaturas callejeras así. No me hice de oro (no duró mucho la cosa, los caricaturistas son tan territoriales como los mendigos, como la mafia, y tratar de razonar con caboverdianos de 150 kilos no es recomendable), pero al menos podía pagarme la pensión y comer caliente una vez cada tres días. Tuvieron que pasar muchos años para que el ruso volviera a mi vida, el motivo cumplir un sueño infantil, hacer mi propia vuelta al mundo en 80 días, mi libro favorito cuando era niño. Eso sí, versión precaria, versión balcánica, el objetivo era conocer la cara b de Europa, como homenaje envenenado a Cioran, encadenando trabajos de mierda en negro gastando lo mínimo posible. Objetivo que no pude cumplir del todo, y eso que con mi cartelito de cartón con el lema WORK FOR FOOD y mi camiseta del Real Madrid de Modric solventé de manera notable los primeros días gracias a generosas ancianas y madridistas (a cambio les enseñaba tacos, y tapas, tortilla de patatas con mantequilla es mal). Pero cuanto más me acercaba al Este más se complicaban las cosas, y el WORK FOR FOOD era literal, pura explotación tercermundista. Era lo previsto, pero surgió lo imprevisto, que un rumano de 1´90 y 4x4 quisiera porculizarme, sin éxito, milagrosamente (o no tanto, en las cocinas siempre se encuentra a mano algún objeto contundente, abollable). Aborté mi sueño, convertido en pesadilla, y volví por patas a España, más nihilista que nunca. Me enclaustro, y para regodearme en mi fatalismo vuelvo al nihilismo ruso, “Novela con cocaína”, descubro por casualidad a Lydia Chervinskaya, fue quien desenmascaró al autor del libro, y decido retomar el aprendizaje del ruso para poder traducirla. Adquiero el nivel justo para hacerlo, y acto seguido lo olvido con la misma facilidad, lo mismo me ha pasado con el portugués y el italiano, y eso que en este caso tenía nivel siciliano aborigen, al francés le doy dos años para olvidarlo del todo. El caso es que como estoy dando punto final a COÑO DE DIOS, mi antolejía de 100 libros mujeres, volví a leer mi traducción y me pareció muy pobre, robótica, por lo que he dedicado unos meses al estudio intensivo del ruso, y el resultado es esta nueva traducción, infinitamente mejor. Como ha sido un aprendizaje meramente instrumental, y no voy a volver a utilizar el ruso en mi vida, casi por una cuestión moral, viva Ucrania, pues espero que mi precaria memoria lo borre de inmediato, confío mucho en ella, gracias a su asombrosa capacidad puedo disfrutar de la revisión de cada película, de cada libro, como un virginal adolescente.


Solo aquello que nunca dejará huella en mí, lo que nunca podré olvidar.” Lydia Chervinskaya




(la cuarta por la izquierda)



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