25 febrero 2024

LA EDAD DE ORO DEL ANIME JAPONÉS

 


     Un Miyazaki en declive, “El viaje de Chihiro” (2001), y un accesible remake encubierto de “Lain: Experimental Series” (1998), con bastante menos riesgo formal, “Paranoia Agent” (2004) de Satoshi Kon, hizo que los culturetas y los Festivales empezaran a tomarse en serio la animación japonesa. Un reconocimiento que en ambos casos llegaba tarde, muy tarde, lo lógico es que Miyazaki hubiera sido encumbrado por “Laputa, un castillo en el cielo” (1986), y Kon por la metacinematográfica “Millenium Actress” (2001). Este descubrimiento tardío no sirvió para revalorizar el anime japonés, las series se siguen considerando material exclusivo para niños autistas y adolescentes emos fanáticos de Harry Potter, ni para poner en su sitio a otros muchos creadores, anteriores, Osamu Tezuka (“Belladonna of Sadness” (1973)), el verdadero genio, el más influyente, Leiji Matsumoto (el rey del espacio, de la Space Opera, conocido por el común de los mortales por su trabajo más flojo, el “musical” de culto “Interstella 5555” (2003) (a este nivel es bastante mejor la película de la serie “Macross” (1982), “The Super Dimension Fortress Macross: Do You Remember Love” (1984)), y menos reconocido por sus hiperreconocibles series “Space Battleship Yamato” (1974), “Capitán Harlock” (1978), “Galaxy Express 999” (1978), y su mejor trabajo “Queen Millennia” (1981), más la película que la serie, que cuenta con una espectacular banda sonora de Kitaro (en España solo se han traducido sus mangas “Queen Emeraldas” (1975) y “Capitán Harlock” (1976)), y contemporáneos, los japoneses al cubo Takashi Taniguchi (la delirante serie protagonizada por un pedo, “Onara Gorou”(2016), y “Pikotarou no Lullaby Lullaby” (2017)), Atsushi Wada (la inquietante “The Great Rabbit” (2011)), el dúo AC-bu (la nihilista anti-anime “Poputepipikku (Pop Team Epic)” (2018), la “Robot Chicken” (2005) de la cultura japonesa), Shiuchi Oshida (la serie “Panda-Z” (2004), la versión straubiana de “Mazinger Z”, la sublimación irónica de todo el género mecha, vamos robots, lo mismo que la posterior “Doamaiger D” (2015) de Shimon Doi), Kazuma Shirasaki (la serie “Mikan-Seijin (Alien from the Planet Tangerine)” (1992), la versión random de Naranjito), y la pareja de extraterrestres Uruma Delvi (la atariana serie “Shikato” (1993)).



     El relevo lo tomó Makoto Shinkai con “Your name” (2016), que de buena tiene lo justo, “El jardín de las palabras” (2013) en cambio sí que lo es (aunque en el fondo, y en la superficie, no deja de ser un remake de la fascinante “Radio-City Fantasy” (1984), la obra maestra de Shinkai, dirigida por Mizuho Nishikubo, impagable la banda sonora de Virgin Vs, los Talking Heads japoneses), y para de contar, las actuales cursiladas Made in Ghibli me niego a considerarlas un paso adelante, o algo positivo para la consideración de la animación japonesa, el CGI (imágenes generadas por computadora), el hiperrealismo fotográfico, la AI (inteligencia artificial), la han herido de muerte en el siglo XXI. Salvo contadas, y gloriosas, excepciones, como la surrealista “Cat Soup” (2001) de Tatsuo Sato, la minimalista serie “Kogepan” (2001) de Hidekazu Ohara (del estudio SAN-X, la competencia de SANRIO, no perderse la película “Eiga Sumikko Gurashi: Tobidasu Ehon to Himitsu no Ko (The Sumikko Gurashi movie: Journey through a magical pop-up book” (2019) de Mankyu), la historia de un pan quemado, en el sentido literal y amplio de la palabra, la kafkiana “Atama Yama” (2002) de Koji Yamamura, la anarquista anti-Kitty “Tamala 2010” (2002) de t.o.L, la adrenalínica "Dead Leaves" (2004) de Hiroyuki Imaishi, la alegórica “La maison en petits cubes” (2008) de Kunio Kato, la apoteosis de la geometría “Modern nº 1 y 2” (2010-11) de Mirai Mizue, “Mardock Scramble: The First Compression” (2010) de Susumu Kudo, una redención por exceso, crueldad, de toda la hiperviolencia, hipersexualización, hiperpedofilia, del anime japonés actual, “La confesión de Fumiko” (2010) de Hiroyashu Ishida, el no más frenético de la historia, “I don´t like your attitude” (2011) de Uruma Delvi, el mejor video-clip de animación de la historia del cine japonés, “The Night is Short Walk on Girl” (2017) de Masaaki Yuasa, un alarde de imaginación y fluidez, y “The Girl from the Other side” (2019) de Yutaro Kubo y Satomi Tani, un precioso OVA (vamos corto) sobre las oscuridades de la infancia.



     ¿Entonces lo de Edad de Oro no va por la época actual? Pues va a ser que no, esa expresión cualquier aficionado al anime la puede completar con los años 70, 80 y 90, y si profundizas un poco lo reduces a los 80 únicamente, el anime violento, distópico (“Akira” (1988) y “Ghost in the Shell” (1995), a pesar de su indudable importancia histórica, han envejecido bastante mal, otras mucho más modestas como “La arcadia de mi juventud” (1982) y “Time Stranger(1986), la evidente inspiración de “Millenium Actress” (2001), en cambio han crecido con los años) e hiperacelerado de los 90 (no todo, hay geniales excepciones, rarezas: las series "Shikato" (1993) de Uruma Delvi y "Tokyo Pig" (1997) de Shinichi Watanabe, mucho más divertida que "Shin-Chan" (1992), y “Fantasumagoria” (1995) de Shigeru Tamura), me interesa bastante menos, aunque siendo justos hay que decir que ese exceso de violencia, de sexo, de cyber, casi siempre es paródico, a lo Kitano en ficción. El ejemplo paradigmático sería la simplona “Hokuto No Ken” (1984) (el episodio 1 de la serie precuela de 2008 tiene su punto), una especie de mezcla hiperexagerada entre Clint Eastwood y Mad Max, inédita en España, salvo su película, o simple corte y pega de la serie, “El puño de la Estrella del Norte” (1986), que aquí tiene cierto culto entre los EGeBeros, inauguró el sello Manga. Los 70 fueron el principio del boom, al menos en España, pero la animación todavía estaba en palmitas, no era más que ficción con dibujos animados, tirando a estáticos, a planos (algo que les honra, casi son mariquitas (figuras recortables) en acción, mi serie fetiche de los 70 es “Barbapapa” (1973), mi tía favorita me regaló varios libros traídos de Londres que marcaron mi infancia, a su vez yo marqué la de mis sobrinos con la serie). Lo mismo sucede con la animación de los 60, que tenía su encanto por su primitivismo, “Sennin Buraku” (1963), “Wonder Three” (1965), “¡Arriba Pancho!” (1965), “Eightman” (1965), “Meteoro” (1967), “Perman” (1967), “Donkikko” (1967), “Wanpaku Tanteidan” (1968), “Astro Boy” (1963) (la serie de los 80 en color es algo mejor, y la versión de los 70, “Jet Mars” (1977), una gozada, se puede considerar el origen de “Dr. Slump”) y “Uchuu Ace” (1965) son dos joyitas, el anticipo inocente de todas las series de robots, las Arcade del anime. Por no hablar de la maravillosa “El príncipe Susano-o y el Dragón de 8 cabezas” (1963) de Yugo Serikawa, el germen de todo el anime posterior, cambiando dragones por robots, la primera gran película de animación del cine japonés, con el permiso de los cortos de Tezuka, de “Koneko No Rakugaki” (1957) de Taiji Yabushita, la espoleta de salida de la TOEI, y del genial corto parodia meta-cinematográfico “Murder” (1964) de Makoto Wada, sobre todo la parte dedicada a Resnais-Antonioni.





     La estrategia japonesa para colonizarnos (668 series de anime más especiales y 459 películas entre 1963 y 1988, incluso con series destinadas al colectivo gay, drag, la delirante “¡Patalliro!” (1982), la serie más graciosa, elegante y mejor planificada, narrada, de todos los tiempos, una serie seudo-policíaca que dignifica, sublima, el concepto de mariconada, como sinónimo de cosa poco seria y frívola, en el buen sentido, Fassbinder era mucho más histérico, drama queen, que el mariconazo de Jack Barbarosa Bancoran, el summum de la sofisticación, del dandismo. Os recomiendo la película, “Patalliro: The Stardust Project” (1983) de Nobutaka Nishizawa, gráficamente muy bella, como toda la serie (subtitulada al español por Anime Fujoshi, lo mismo que la secuela de 2005, “Patalliro Saiyuki!”, que plásticamente no está a la altura), como no de la TOEI, que si la homofobia no fuera algo tan generalizado, sería de culto, también heterosexual) fue la opuesta a la que utilizaron con el cine japonés de ficción, en lugar de vendernos exotismo, supuesto japonesismo, hicieron todo lo contrario, adaptar todos los clásicos infantiles y juveniles posibles (Heidi, Mujercitas, Los Moomin, Ana de las tejas verdes, El perro de Flandes, La abeja Maya, La vuelta al mundo en ochenta días, Nils Holgersson, La sirenita, Las aventuras de Tom Sawyer, Las fábulas del bosque verde, Las aventuras de Peter Pan, Andersen, Grimm, Corazón, La isla del tesoro, Robinson Crusoe…) para que sus dibujos, y sobre todo sus historias, no nos produjesen rechazo, un choque cultural (de hecho la entrañable y longeva “Manga Sekai Mukashibanashi” (1976), 127 episodios, un combo de cuentos, leyendas y mangas japoneses, no traspasó sus fronteras). Una invasión premeditada, una mímesis occidental, o apropiación cultural (pocos ojos rasgados veréis en sus dibujos, más bien ojazos, ojones, saltones, reventones, y en cambio toneladas de antropomorfismo a lo Andersen, a lo Carroll, a lo Samaniego, a lo Perrault (no en vano “El gato con botas” es el logotipo de la TOEI), a lo Beatrix Potter), que tuvo un éxito sin precedentes. Si oyes el nombre Heidi no le pones la cara de la pizpireta Shirley Temple (“Heidi” (1937) de Allan Dwan), sino la de la serie animada de Takahata, el autor de la tramposa “La tumba de las luciérnagas” (1988) (junto con “Hiroshima (Barefoot Gen)” (1983), igual de tramposa, a lo Spielberg, las dos películas de animación más famosas sobre la II Guerra Mundial y sus consecuencias, traumas, y eso que hay una infinitamente, muy infinitamente, mejor, la delicada, profunda, romántica, “Shiawase monogatari (Penguin´s Memory)” (1985) de Shinji Kimura, protagonizada por pingüinos (para compensar la relativa oscuridad os recomiendo una comedia muy divertida protagonizada por otro pingüino, “Mr. Pen Pen” (1985)). Quitaros los prejuicios, la novela gráfica “Maus” (1980-91) de Art Spiegelman sigue siendo la mejor obra de arte sobre el Holocausto y está protagonizada por ratones), también de la genial “Mis vecinos los Yamada” (1999), costumbrismo del bueno, del Ozu más socarrón (extraño que solo se hayan traducido en Francia sus geniales tiras cómicas de origen). Heidi y Marco (basada en “Corazón” de Amicis), dos huérfanos a lo Marcelino, marcaron la infancia de todos los niños de los 70 y 80, la orfandad siempre es apostar sobre seguro, que se lo digan a Dickens, a Andersen. El estudio que estaba detrás de todas estas series familiares, morales, de dibujos agradables y sin estridencias, rasgos suaves y redondeados, bellos paisajes (detrás solía estar Miyazaki, el mejor fondista de todos los tiempos), casi todas intercambiables, e igual de entrañables, era NIPPON ANIMATION (“Fábulas del bosque verde” (1973), “Vickie el vikingo” (1974), “La pequeña Lulú” (1976), “El bosque de Tallac (Jackie y Nuca)” (1977), “Rascal el mapache” (1977), “Conan el niño del futuro” (1978), “Perrine sin familia” (1978), “Banner y Flappy” (1979), “El osito Misha” (1979), “La familia Robinson” (1981), “Lucy” (1982), “Las montañas de Ana” (1983), “Katoli” (1984), “Princesa Sara” (1985), “Pollyanna” (1986), “Mujercitas” (1987), “Chibi Maruko-Chan” (1990), “Sonrisas y lágrimas” (1991)...), que explotó el filón a base de co-producciones con las televisiones europeas y americanas (“Vicky el vikingo” (1972), “Calimero” (1974), “La abeja Maya” (1975), “Alicia en el país de las Maravillas” (1983), “Los pequeñecos” (1984), “Sherlock Holmes” (1984), “Daniel el travieso” (1986), “Topo Gigio” (1988)...), en España “Ruy, el pequeño Cid” (1980), “D´Artacan y los tres mosqueperros” (1981), “Fútbol en acción (Naranjito)” (1981), “La vuelta al mundo de Willy Fog” (1983) y “Marcelino, pan y vino” (2000), con guión ni más ni menos que del gran Jaime de Armiñán. Resumiendo mucho, NIPPON ANIMATION es el cine clásico de la animación japonesa, es decir, pocos alardes autorales, cámara invisible, narración estructurada, buenas historias literarias, buenos personajes, sentimentalismo, y poca transgresión, experimentación (salvo cuando distribuye, la preciosa “Noel´s Fantastic Trip” (1983) de Tsuneo Maeda, la versión japonesa de “Yellow Submarine”, producida y protagonizada, el dibujo protagonista es clavado a ella, por la cantante Iruka).





     Con todas estas series de la NIPPON ANIMATION, y sus correspondientes películas, Heidi y Marco tuvieron varias, la mejor el refrito “Heidi en la montaña” (1975), ya bastaría para aplicar lo de la Edad de Oro de la animación japonesa, pero resulta que los 80 no solo fueron la cumbre de su etapa clásica, también supusieron el pináculo de su etapa moderna (“Night on the Galactic Railroad” (1985) de Gisaburo Sugii), incluso posmoderna (Yoji Kuri, “Pop” (1974), Osamu Tezuka, “Jumping” (1984), “Onboro film” (1985), Mamoru Oshii, “Angel´s Egg” (1985)...). Y aquí es donde entra en juego el otro gran estudio de animación japonés, la TOEI (Tokyo Movie Shinsha (TMS) nunca tuvo el mismo status, la película “El pequeño Nemo” (1989) casi la lleva a la ruina, y solo es recordado, y mucho, por la co-producción francesa “Ulises 31” (1981), y “Lupin III” (1971) (la genial y longeva (el plan originario eran solo 24, quizás los mejores) “¡Adelante! Anpanman” (1988), más de 1.600 episodios (sin contar películas, maravillosa la primera, “Kira Kira Boshi no Namida” (1989), cortos y especiales), en España es prácticamente desconocida (solo se estrenó parte de la primera temporada en Antena 3 en 1990, bajo el nombre de “Pan Pan”), en Japón toda una institución, un mito, tiene hasta su propio museo, Anpanman es el personaje más querido de los niños japoneses, por encima incluso de Kitty, Totoro y Pokémon, a los adultos nos pone más su archienemigo, el cachondo de Baikinman), una serie tan divertida como repetitiva (lo mismo se puede decir de otras dos series de culto en España, “Cowboy Bebop” (1998) y “Fullmetal Alchemist” (2003)), y eso que en su primera temporada trabajaron Miyazaki y Takahata. Y ya no digamos SANRIO, de la omnipresente Hello Kitty, más famosa por su merchandising que por sus dibujos, y que cuenta en su haber con varias obras maestras, las oscuras, oscurísimas, “Little Jumbo” (1977) de Takashi Yanase, el genial creador de Anpanman, y “La campana de Chirin” (1978) de Masami Hata (la historia es también de Yanase), ambas metáforas de la II Guerra Mundial, “Pinocho” y “Bambi” son un juego de niños en comparación, la serie “Aggressive Retsuko (Aggretsuko)” (2016) de Rarecho, el mejor retrato que se ha hecho nunca del acoso, alienación, laboral, y de la rabiosa forma de sobrellevarlo, el death metal, el grindcore. La posterior versión larga (los 100 capítulos originarios duraban solo 1 minuto cada uno) de Netflix tiene menos encanto), y sus dos reversos luminosos, humanistas, la entrañable “Unico, el pequeño unicornio” (1981) de Osamu Tezuka y Toshio Hirata, una oda a la amistad, y la serie “Little Twin Stars” (1993), también de Hata, un contenedor de valores. Otros estudios todavía más desconocidos son: TATSUNOKO PRODUCTION, que tiene varios hitos, “Meteoro” (1967), “Belfy y Lilibit” (1980) y “Chicho Terremoto” (1981), y SHIN-EI ANIMATION, con dos pelotazos, “Doraemon” (1979) y “Shin Chan” (1992)), una factoría en el sentido estricto de la palabra, de trabajo en serie, de cadena de producción, por lo que todas sus series de los 80 tienen un aire familiar, similar, lo mismo pasaba con NIPPON ANIMATION. Nippon es el yin, la pureza, la humanidad, el sentimentalismo, la moral, y Toei el yang, la libertad, el salvajismo, el histrionismo, la impulsividad, la acción, el movimiento, el humor amarillo, el bien que confronta con el mal con sus mismas armas. El paradigma, y probablemente su obra maestra, es “Akuma-Kun” (1989), la historia de un niño obsesionado con el diablo, que se pasa el día invocando a Mefistófeles, como se puede ver una premisa de lo más delirante, radical, y más teniendo en cuenta que la serie iba destinada al público infantil. Quizá sea esa la razón por la que apenas traspasó las fronteras de Japón (en España nunca se ha emitido, editado, ni tampoco ha sido traducida por ninguno de los innumerables fansubs (solo un fansub anglosajón ha subtitulado los primeros seis episodios, vamos que en el ámbito del inglés tampoco tuvo ninguna repercusión), los otakus son el colectivo cinéfilo más comprometido, generoso, con el género que les gusta, también los más ensimismados, obsesivos, apenas ven otro tipo de cine, como buenos hikikomoris (ermitaños, anacoretas, a la japonesa). En latinoamérica cuenta la leyenda que se vieron algunos episodios bajo el nombre del “Niño Diablo (o Niño Mago)”, los latinos están más familiarizados con la muerte, con el satanismo), y ha quedado sepultada en el olvido, hasta que en 2023 Netflix ha decidido resucitarla con la colaboración de su director original Junichi Sato, y el resultado no puede ser más decepcionante, mediocre, ha perdido todo su encanto, magia, ingenuidad. El mejor ejemplo para constatar la inexorable decrepitud del anime japonés, que en la actualidad vive como mucho su Edad de Plástico. En el mismo caso se encuentra su precuela, aunque llegaron a tener caminos paralelos, la todavía en activo “GeGeGe no Kitaro (Spooky Kitaro)” (1968), comenzó en blanco y negro en los años 60 y fue a mucho más en su gloriosa temporada de 1985 (al español hispano solo se tradujo su temporada de 1996), protagonizada por un niño previsiblemente muerto, lo que viene siendo un fantasma, y con un solo ojo, el otro tiene vida y pensamiento propios (en España se ha publicado completo su manga de origen “Kitaro” (1959-1969) de Shigeru Mizuki, el primer manga que fue tomado en serio en su propio país, y que leían hasta los universitarios).




     El principal problema de la TOEI es que no tuvo un hito internacional, familiar, unisex, de la talla de “Heidi” (1974), o de “Mi vecino Totoro” (1988) en GHIBLI, lo más cercano fue “Mazinger Z” (1972), “La batalla de los planetas (Comando G)” (1972), “Los Caballeros del Zodiaco” (1973), “Campeones (Oliver y Benji)” (1981), en los 90 “One Piece” (1999) y “Digimon” (1999), y en los comienzos del XXI “Naruto” (2002), todas ellas orientadas al testosterónico, violento, público masculino (no incluyo al gran hito de la TOEI en España, “Bola de Dragón” (1986), porque solo fue un fenómeno regional, Galicia, País Vasco y Cataluña, en Castilla ni la catamos, la emitieron los canales autonómicos traducida al gallego, al vasco y al catalán, lo mismo que la anterior serie de Toriyama, su obra maestra, “Dr. Slump” (1981), que no tiene la misma aureola de culto en España (apenas se vieron 40 de sus más de 400 capítulos, sin contar las películas y su mediocre remake de 1997, y pasó sin pena ni gloria, un error, falta de visión, incluso comercial (los animes de culto generan muchísimo más por merchandising (camisetas, calcetines, peluches, pósters, figuritas, juguetes, tazas, mangas, discos, videojuegos, y un larguísimo etcétera) que por venta de derechos), histórico) que “Bola de Dragón” (el humor pederasta de la primera temporada es bastante incómodo, y aún así es la mejor) y “Bola de Dragón Z” (1989), que son infinitamente menos imaginativas, redondas (de hecho su hermana gemela “Bikkuriman” (1987) (se tradujo en México y solo se ha visto en Chile ya en el siglo XXI), es incluso mejor). En Japón pasó exactamente lo contrario, “Dr. Slump” arrasó, y “Bola de Dragón” pasó desapercibida. En el ámbito femenino su mayor logro fue “Candy Candy” (1976) (en menor medida “La pequeña Memole” (1984) y “Sailor Moon” (1992), las niñas que compraban Super Pop y Vale la hubieran gozado más con tres series de los ochenta protagonizadas por chicas inéditas en España, “Urusei Yatsura” (1981), “Dirty Pair” (1985) y Bubblegum Crisis” (1987), no perderse sus respectivas películas), que arrasó en la España de los 80, aunque la serie es de los 70 (1976-1979), no digamos su colección de cromos, la única que completaron mis hermanas (bueno esa y “Sherlock Holmes” (1984), su perro protagonista provocó más enamoramientos entre las niñas de los 80 que Brad Pitt en los 90, la película, en realidad los episodios 5 y 9 de la serie con ligeras variaciones, es de los mejores trabajos de Miyazaki), y en mucha menor medida “La aldea del Arce” (1986), a pesar de ser la serie más cercana al espíritu moralista, buenista, de la NIPPON, el diseño de personajes es digno de Beatrix Potter, y que fue co-producida por Televisión Española, que no llegó a emitir entera su primera temporada, la segunda, “Palm Town” (1987), igual de buena, permanece inédita en España, casi se recuerda más la sintonía de Emilio Aragón, “Shamalele, shamala”. Si la primera estaba ambientada en el mundo rural, la segunda transcurre en el ámbito urbano, y hay más humor, recuerda a “Dr. Slump”, tanto Palm (Palma) como Maple (Arce) son tan entrañables como villa Pingüino, dan ganas de vivir allí. La serie tuvo mucha más repercusión en el extranjero, sobre todo en Italia, la segunda temporada está co-producida por ellos, el otro paraíso europeo del anime, en tercer lugar estaría Francia.




     Conclusiones: 1) que los niños de los 70-80, le debemos mucho, casi todo, al cine de animación japonés, 2) que es cine, arte, con mayúsculas, 3) que el anime no es solo para niños solitarios y adolescentes sociópatas, 4) que la palabra infantil no tiene ningún matiz peyorativo, todo lo contrario, mejor ser infantil que no un triste y gris adulto, 5) que algunas de las mejores películas (si hablamos de series, no hay ni una sola gran serie japonesa, ni una sola, fuera del anime) de la historia del cine japonés, bastantes más de 10, son de animación, y que las series más destacadas, brillantes, de la Edad de Oro del anime japonés, los años 80 (en ficción sería los 50, gracias a Ozu y Naruse, aunque en este caso no se puede ser tan concluyente, taxativo, porque hay grandes películas, directores, en casi todas las décadas), apenas son conocidas en España, más que nada porque no se han visto, ni traducido, labor que urge llevar a cabo, ¿a que no hay huevos otakus españoles, latinos? Pitas, pitas, pitas…





P.D: La mayor parte de películas y series se pueden ver en Youtube, Facebook y Dailymotion, y descargar en Archive.org, la mula, y en el torrente de anime nyaa.si. Material gráfico en animarchive.tumblr.com.




MIS 10 SERIES FAVORITAS ANIME, HOY

(orden de preferencia)


01 - Soreike! Anpanman (1988) Tokyo Movie Shinsha


https://vimeo.com/328811894



02 - Dr. Slump (1981-1986) Toei



https://www.facebook.com/watch/live/?ref=watch_permalink&v=422875584885792



03 - Boku Patalliro! (1982-1983) Toei



https://www.facebook.com/watch/?v=338496350205402



04 - Jet Mars (1977) Toei



https://www.youtube.com/watch?v=UdNHV9SRCi4



05 - Little Twin Stars (1993-1995) Sanrio



https://www.youtube.com/playlist?list=PLLhOnau-tupSDHpjv8GSvlyAauH-WhUbP



06 - Kogepan (2001) San-X



https://www.youtube.com/watch?v=KMYxuxlstiw



07 - Dragon Ball / Bikkuriman (1986 / 1987) Toei



https://www.youtube.com/watch?v=qIq5sdQI7jE



08 - GeGeGe no Kitaro / Akuma-Kun (1985 / 1989) Toei



https://www.youtube.com/watch?v=6GeOHh7YsQE (apertura)



09 - Maple Town / Palm Town (1986 / 1987) Toei



https://www.facebook.com/watch/?v=247858053961325



10- Shikato (1993) Uruma Delvi



https://www.youtube.com/watch?v=u83rVcKsAw8&t=77s




MIS 10 PELÍCULAS ANIME FAVORITAS, HOY

(orden cronológico)


01 - Unico (1981) Osamu Tezuka



https://www.youtube.com/watch?v=95r1j1CzMyo



02 - Noel no fushigi na bouken (1983) Tsuneo Maeda



https://www.youtube.com/watch?v=GA6igYuZ-d0&t=374s



03 - Ginga-tetsudo no yoru (1985) Gisaburo Sugii



https://www.youtube.com/watch?v=1mxHUDwt0V8



04 - Shiawase monogatari (1985) Shinji Kimura



https://www.youtube.com/watch?v=O-kpuFzaHS8&t=2170s



05 - Tenshi no tamago (1985) Mamoru Oshii



https://www.youtube.com/watch?v=wPrqvfOEXVk



06 - Tenkū no Shiro Rapyuta (1986) Hayao Miyazaki



https://www.youtube.com/watch?v=z4pkn5k9y_A (Trailer)



07 - Sore Ike! Anpanman - Kira Kira Boshi no Namida (1989)

Akinori Nagaoka, Takashi Yanase



https://www.dailymotion.com/video/x7wayqm (parte 1)

https://www.dailymotion.com/video/x7wayuf (parte 2)



08 - Fantasumagoria (1995) Shigeru Tamura



https://www.youtube.com/watch?v=BMk5cAjJzCY&list=PLpeS4axW7ZrpJrbFEWm4zD-QTEcmC8EmS (fragmentos)



09 - Hohokekyo tonari no Yamada-kun (1999) Isao Takahata



https://www.youtube.com/watch?v=EmnxW8YWdc0 (trailer)



10 - Sennen joyu (2001) Satoshi Kon



https://www.youtube.com/watch?v=Kp3Q2agbVv8 (trailer)




MIS 10 CORTOS / MEDIOMETRAJES

ANIME FAVORITOS, HOY

(orden cronológico)


01 - Koneko no rakugaki (1957) Taiji Yabushita



https://www.youtube.com/watch?v=PJXr5FNZt2E



02 - Satsujin (1964) Makoto Wada



https://www.youtube.com/watch?v=X-YWz_pltbI



03 - Chiisana Jumbo (1977) Takashi Yanase



https://www.youtube.com/watch?v=g8yi745culg&t=143s



04 - Chirin no suzu (1978) Masami Hata



https://www.youtube.com/watch?v=7c026kULCgM



05 - Machikado no märchen (1984) Mizuho Nishikubo



https://www.youtube.com/watch?v=q01CUy_gwdU&t=1282s



06 - Hashiru Otoko (1987) Yoshiaki Kawajiri



https://www.youtube.com/watch?v=0G9YoHqU-K0 (fragmento)



07 - Tsumiki no Ie (2008) Kunio Kato



https://www.youtube.com/watch?v=Vbp2jZD84l4



08 - Anata no taido ga ki ni iranai (2011) Uruma Delvi



https://www.youtube.com/watch?v=2-3AssTQkLE



09 - Kotonoha no niwa (2013) Makoto Shinkai



https://www.youtube.com/watch?v=VxISKKZci9o (trailer)



10 - Totsukuni no Shoujo (2019) Yutaro Kubo y Satomi Tani



https://vimeo.com/523140481







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