DET SPEGLAR I MITT ÖGA (Se refleja en mi ojo) (1992) Nina Hedenius

 

     España debe ser el único país del mundo que en su imaginario no identifica a las suecas con mujeres frías y atormentadas, imagen tópica, más bien atópica, difundida gracias al cine de Bergman. Aquí gracias al desarrollismo, al landismo, al porno nórdico, las suecas son un mito erótico, unas salidas en potencia. Suecia para España es IKEA, y para los cinéfilos un par de nombres, Sjöstrom y Bergman. Una injusticia muy limitada porque me ha llevado unas décadas tener mi lista de 10 películas favoritas, caído casi al completo Bergman la tarea se hacía harto complicada. En orden cronológico: 1-"The Wind" (1928) Victor Sjöström, 2-“Sommartag” (1961) (Corto) / “Ole dole doff” (1968) Jan Troell, 3-“Kvarteret Korpen” (1963) Bo Widerberg, 4-"Mitt Hem Är Copacabana" (1965) Arne Sucksdorf, 5-"Jag är nyfiken" (1967-1968) Vilgot Sjöman, 6-“My Name is Oona” (1969) Gunvor Nelson (Corto), 7-"Fanny och Alexander" (1982) Ingmar Bergman, 8-"Det speglar i mitt öga" (1992) Nina Hedenius, 9-"Gubben i stugan" (1996) Nina Hedenius, 10-“The Anchorage” (2009) Anders Edstrom - C.W. Winter. Como se puede ver, y como en casi todas las cinematografías, los años 60 son los más fructíferos, y los 90 propiedad en exclusiva de Nina Hedenius, que rima con genius, rebautizada por los cinéfilos como la Piavoli sueca, que en el ámbito hispano, donde más devotos tiene el italiano, es sinónimo de calidad. De nada, me debéis una, ahora dos. ¿Y realmente tiene que ver con Piavoli? Pues sí, ambos están obsesionados con la fragmentación, los rituales, el ciclo de la vida, el ritmo de las estaciones, los cambios de luz, sus películas son humanistas, ecologistas, hedonistas, cosmogónicas, y profundamente bellas, limpias, cristalinas. Ambos, que se encargan absolutamente de todo: idea, guión, producción, fotografía, cámara, sonido, dirección y edición, prescinden casi por completo de la palabra, tiran más de miradas, de silencios, de gestos. El suyo es un impresionismo apasionado, un cine observacional objetivo, vivo, con un toque sombrío, melancólico, que nada tiene que ver con el insulso, cuadriculado, género documental, en el que suelen englobar erróneamente a los dos. Ambos ven el mundo, las personas, las cosas, el cine, con los ojos inocentes, curiosos, infinitos, de un niño. No hay doblez, intelectualismo, distancia, entre lo que ruedan y lo que ves, la comunicación, la emoción, también formal, es directa, transparente. Por lo que hablar de influencia, de referencia, es absurdo, no hay mediación, filtro, cinefilia. Hedenius es Hedenius, y Piavoli, Piavoli, dos versos sueltos, libres, que solo compiten consigo mismos. “El planeta azul” (1981), "Se refleja en mi ojo" (1992), no se parecen a nada, a nadie, porque son principio y fin de raza, un recordatorio de que el cine puede ser una prolongación de la naturaleza, una escuela para aprender a mirar la vida sin subtítulos, destilada. "Det speglar i mitt öga" (1992) es una película refugio, hogar, esperanto, a la que poder acudir cuando todo se derrumba a tu alrededor.

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P.D: Como os vais a quedar con ganas de más, os recomiendo su obra maestra, y del cine sueco en general (en mi lista de 100 formales favoritas), todavía más pura, esencial, radical, "Gubben i stugan" (El viejo en la cabaña) (1996). Esta vez cambiar Piavoli por Alberto Cima, "El planeta azul" (1981) por "Una vita altrove" (2004). Las 24 horas al día de un anciano guardabosques, Ragnar (murió en 2013), que vive aislado de la civilización, durante todo un año. La "The Anchorage" (2009) de los 90.

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