Unas llevan la fama, y otras cardan la lana, o la cronología de una infamia:
1994, se funda el grupo cubano de son “La Vieja Trova Santiaguera”, ese mismo año publican el entrañable disco homónimo, que pasa bastante desapercibido, el pequeño sello independiente madrileño “Nubenegra” (fundado por el periodista Manuel Domínguez, que debutó con este disco) no es lo mismo que el todopoderoso londinense “World Circuit” de los “Buena Vista Social Club”, aunque el disco sea igual de bueno, o incluso mejor (en 1998 ficharon por “Virgin”, y si hubieran utilizado la película como vehículo de promoción se hubieran adelantado al fenómeno mundial de la película de Wenders). Aún así se presenta en Madrid y hacen gira europea. La canción 10 del disco es “Lágrimas negras” (famoso bolero-son compuesto en los años 30 por Miguel Matamoros).
https://www.youtube.com/watch?v=cxstBphUCC4
1995, concierto de “La Vieja Trova Santiaguera” en Rotterdam, durante una comida previa Jorge Luis Pérez Rojas, el mánager del grupo, medio en broma medio en serio, le dice al grupo que deberían grabar una película, la cosa no pasa de ahí (está acreditado como autor de la idea en la película).
1997, “Lágrimas negras”, maravillosa película de Sonia Herman Dolz sobre una gira europea del grupo cubano “La Vieja Trova Santiaguera” (Reinaldo Hierrezuelo (70), Reinaldo Creagh (79), Pancho Cobos (84), Aristóteles Limonta (84) y Ricardo Ortiz (62)), que tuvo cierta buena acogida en el ámbito germano (la directora y la productora son españolas, luego amplío, afincadas en Holanda), quedaros con lo de germano.
1997, junio, el sello londinense “World Circuit” saca al mercado el disco “Buena Vista Social Club”, aunque realmente fue grabado en La Habana durante una semana, en primeras y segundas tomas, en marzo de 1996. Venden 8 millones copias, a pesar del pegote de Ry Cooder y de ser un combo de estudio, no una banda preexistente, y ponen de moda en el mundo la vieja música cubana, relegada al olvido por el dictador Fidel Castro.
1998, “Lágrimas negras”, película póstuma de Ricardo Franco, me ahorro el juicio por respeto a los muertos, y a Jean Seberg, que es a Ariadna Gil, léase Yil, lo que un Jaguar a un Lada Niva.
1999, “Buena Vista Club Social” (supuestamente inspirada por el disco, o más bien por la película de Sonia Herman Dolz), mediocre, por no decir ridícula, película, o reportaje de televisión local, de Wim Wenders sobre la gira americana de los veteranos componentes que grabaron el disco. Premios en Festivales, nominación al Oscar y Premio al mejor documental europeo del año, os recuerdo que la de Sonia Herman, infinitamente mejor, casi no se llevó ningún premio fuera de Holanda, en España tuvo un estreno testimonial de un día en Madrid, en el Palafox, no se llegó a distribuir, tampoco su genial película sobre el toreo con Ponce “Romance de valentía” (1993).
2000, “Calle 54” de Fernando Trueba, intento, poco logrado, de repetir el éxito de Wenders, si el molde es defectuoso, la copia solo puede salir más defectuosa.
2003, “Lágrimas negras”, vaya, el título me suena de algo, disco de churri-fusión producido por el vende motos Javier Limón y Fernando Trueba, que volvió locos a los americanos, y a los españoles a los que no les gusta ni la copla ni el flamenco ni la música cubana, y que solo merece la pena por escuchar tocar el piano a Bebo Valdés.
Resumiendo, que la película de la española Sonia Herman Dolz (nació en Madrid, de madre española), y producida por la también española, sevillana, Carmen Cobos, fue la primera en saltar al ruedo, y la única que no ha tenido éxito ni repercusión, ni entre los cinéfilos, ni entre los melómanos, a pesar de que, repito, es infinitamente más honesta, lograda, que la de Wenders. Aquí no hay solo música, un simple corta y pega multi-cámara de actuaciones musicales y postales de viaje, hay humor, amor, emoción, ternura, un retrato íntimo, personal, humano, musical, en el sentido más amplio de la palabra, vida y música completamente integradas. Lo mismo que el origen del proyecto, la directora acude en 1995 a un concierto de “La Vieja Trova Santiaguera” en Rotterdam. «Al final del concierto fui a los camerinos y les dije a los niños: Quiero hacer una película sobre ustedes». Aceptan, y con la mediación de Jorge Luis Pérez Rojas, al que acudieron los productores Carmen Cobos y Kees Rininks en busca de ayuda durante el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de la Habana, y después de conseguir 60 millones para el proyecto, la directora pone rumbo a Santiago de Cuba. «Estuvimos juntos casi seis meses, desde Santiago a Barcelona, Londres, Rotterdam y Montpellier. Nos conocimos muy bien, y hacer la película fue un caos arrebatador». 45 días de rodaje y 23 horas de película, que finalmente quedan reducidas, condensadas, sublimadas, en 72 gloriosos minutos. «La idea era reflejar la intimidad de las casas de los troveros, sus ensayos antes de la gira, la soledad de los hoteles y los autobuses y las descargas de los conciertos». La película se estrena el 23 de octubre de 1997 en Rotterdam, con un concierto del grupo. El círculo de la creación se cierra, que el del visionado no se cierre nunca ya es asunto vuestro.
"Cada arruga es una pasión sin freno y en cada lunar se puede descubrir una traición o un despecho, y también una lágrima negra.” Mauricio Vicent
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