TRUFFAUT AGRESOR SEXUAL

 

     En España, en Francia, y en el resto del mundo, durante décadas se ha normalizado, frivolizado, quitado importancia, a los maltratos, abusos, agresiones, acosos, a las mujeres. Una normalización, asimilación, de la violencia, que cubría, y cubre, todas las esferas de la sociedad, desde la religión (hay que aguantar, lo que pasa en casa se queda en casa, algo habrás hecho), a la política, pasando por el arte, por la cultura, y la televisión (“Sálvame”, una basura integral cuyo fundamento, esencia, era el maltrato psicológico). Todos tenemos en el imaginario colectivo cinéfilo la bofetada a Gilda, las bofetadas de Cagney, las ostias bressonianas, las violaciones de Almodóvar, los besos robados de Truffaut, y en todos los casos, el cinéfilo español, mundial, lo aceptó con total normalidad, sin darle ninguna importancia. Afortunadamente, eso ha cambiado, la sociedad ha cambiado, aunque todavía no del todo, aún hay personas, por desgracia muchísimas mujeres, que consideran que un beso robado, no consentido, tocar el culo, soltar piropos, insultos, no son agresiones, violencia, sino simplemente actos anecdóticos sin ninguna importancia, chiquilladas de machirulo que se deben perdonar y que no dejan ningún poso psicológico, total con hacer una cobra todo queda solucionado. Hasta eso hemos normalizado, la reacción a una agresión sexual es algo tan inocente, infantil, como una cobra, que encima se asocia a una humillación, te han hecho una cobra, como si la víctima fuera el pobre agresor que ha sido rechazado en su impulso sexual unilateral. De locos, pero la mente del machista, hombres y mujeres, funciona así, su deseo es Dios, y todo lo que no sea acatarlo es una ofensa, cuestionar su autoridad, su superioridad. Truffaut normalizó la agresión sexual de los besos robados, porque la sociedad lo normalizaba, de hecho muchos hombres, y mujeres, consideraban, consideran, semejante aberración un acto de apasionado romanticismo, lo que nunca ha sido. La agresión sexual de Rubiales, a mayores abuso de poder, ha desvelado algo que muchos querían obviar, olvidar, que en España todavía el machismo, de hombres y mujeres, está muy arraigado, y que el feminismo, la búsqueda de la igualdad, del respeto a las mujeres, a su cuerpo y a su mente, tiene un amplio, amplísimo, margen de crecimiento. El día que Almodóvar sea considerado un director misógino, machista, un apólogo de la violación, y no un gran director de mujeres, España será por fin un país moderno, decente, igualitario. Y no, no voy de aliado, ni de feminista pata negra, ni estoy imbuido de una superioridad, pureza, moral. Hablo desde el conocimiento, desde el reconocimiento de mis errores, desde el machista con una abundante mochila en la espalda que lucha por dejar de serlo, que en eso consiste crecer, madurar, en tratar de mejorar, si no costara, si fuera un casto ser de luz, no tendría ningún mérito. Del machismo, de las cavernas, también se sale, ánimo VOX, ánimo amantes del western, ánimo amantes de “Mad Men”.