29 marzo 2023

LA QUIMERA DE LA JUSTICIA (ARTÍSTICA)

 



     Como buen acuario talibán, la libertad, y sobre todo la justicia, son las dos grandes pasiones, obsesiones, de mi vida. Unas obsesiones que principalmente he focalizado en el campo de la cultura, de la creación. Un ámbito en el que la justicia, la verdad, tienen un fuerte componente subjetivo, arbitrario. Aunque nadie emprende una misión si no considera que su subjetividad, su criterio, casi se corresponden de forma absoluta con la verdad objetiva. Creer en la justicia implica creer que se puede ser justo, que eres un elegido para imponerla, o al menos detectarla. Cuando hace más de una década me arrogué la misión en solitario de recuperar todos los eslabones perdidos, de rellenar todos los agujeros negros, de la cultura-edición española, sobre todo del Franquismo, y de la posterior política de tierra quemada de la Transición, obviamente no era consciente de la dimensión, envergadura, de la tarea (cientos de PDFs, miles de textos, en breve unas cuantas decenas más, y otros tantos que dejo pendientes). Dentro de mi inconsciencia, ingenuidad, pensé que el asunto no me llevaría más allá de unos meses, los necesarios para acometer una necesaria, imprescindible, antolejía del cine español. Imprescindible porque los cánones disponibles, el supuestamente académico de Cátedra, y el crítico posterior de Caimán, eran profundamente injustos, ridículos. ¿El problema? Que el hombre propone, y Dios dispone, y lo que empezó siendo una cruzada circunscrita al ámbito del cine, el territorio en el que me sentía más seguro, sobrado (antolejías del cine francés (¡VIVA RENÉ CLAIR, BRESSON!), italiano (¡VIVA LUIGI ZAMPA, PIAVOLI, ALBERTO CIMA!), iraní (¡VIVA JALILI!), latinoamericano (¡VIVA JAIME HUMBERTO HERMOSILLO!) próximamente cine formal, comedias, canon canónico, dossiers de directores, miles de anti-críticas, libros de cine, sobre todo los dedicados a Robert Bresson, Juan Sebastián Bollaín y Alberto Cima, mi director favorito), se fue ampliando a la cultura en general (ilustración (¡VIVA RAGEL, XAUDARÓ!), cómics (¡VIVA PALOP!), literatura (¡VIVA Mª JESÚS ECHEVARRÍA, EULALIA GALVARRIATO, JOAQUÍN BELDA, HERNÁNDEZ-CATA, ROSA ROMÁ!), filosofía (¡VIVA CIORÁN!), poesía (¡VIVA ELUARD, PÉRET, INMACULADA ORTIZ, TERESA GRACIA!), música (¡VIVA VAINICA DOBLE, ESCLARECIDOS, AFFAIRE NIÑA MÓNICA, GIANMARIA TESTA, PIERO CIAMPI!), flamenco (¡VIVA DIEGO DEL GASTOR, PAQUERA!), humor (¡VIVA REMEDIOS ORAD, CHUMY CHÚMEZ, MANUEL SUMMERS, COLL, TONO!), teatro (¡VIVA CARLOS SEMPRÚN!), periodismo (¡VIVA FÉLIX LORENZO, NILO FABRA, BEGOÑA GARCÍA-DIEGO, PRUDENCIO IGLESIAS!), crítica (¡VIVA MARÍA LUZ MORALES, ÁLVARO DEL AMO!), etc.), y no solo española, universal, al menos en el caso de las mujeres, las grandes ignoradas, sepultadas, por la crítica, por los espectadores. Si el número de injusticias, olvidos, en el cine español, era tan grande, son cientas las películas que rescaté, literal, que afloraron gracias a mí, directa o indirectamente, miedo daba pensar lo que podía ocurrir en las otras disciplinas artísticas. Y mi intuición no me falló, si el estropicio acometido por la crítica, incluyo el mundillo universitario, contra el cine español realmente valioso era descomunal, en el resto era casi entrar en territorio virgen, si hablamos de feminismo podría afirmar que antes de mi llegada, perdón advenimiento, todo era campo (en breve terminaré mi proyecto de divulgación más ambicioso con diferencia, la antolejía COÑO DE DIOS, los 100 mejores libros escritos por mujeres, que incluye la edición de todos los libros en PDF, muchos inéditos y traducciones propias). Los logros conseguidos en el campo del cine (hice que los nombres de Juan Sebastián Bollaín, Lorenzo Soler, Gonzalo García-Pelayo, Paulino Viota, Francisco Regueiro, Miguel Picazo, Manuel Summers, y muchos otros, ojalá algún día Jaime de Armiñán, tuvieran el reconocimiento, y la accesibilidad, que merecían), sirvieron de acicate para emprender a ciegas, y a solas, sin ningún apoyo, estímulo ni comprensión, esta inabarcable tarea. Miles y miles de horas (de euros), muchas de insomnio, de investigación, de visionado, de escaneo, de escritura, de traducción, de transcripción, de tiempo compartido con los creadores, de tiempo dedicado a su difusión dentro de la cinefilia de base: foros, blogs, redes sociales (en este campo mi gran logro es haberme cargado "Sálvame"), etcétera, tirando de provocaciones, el único método posible en este país, en el que solo inmolándote personalmente, cerrándote todas las puertas, te hacen caso. Lo que viene siendo una vida, en gran parte descuidada por esta quijotesca cruzada, por no hablar de que en mi caso tenía el mérito añadido de que era tiempo sustraído a mi propia obra, aún así caudalosa y tirando a muy buena, a mayores multi-disciplinar: pintura, dibujo, cómic, poesía, cine, etc. Toda lucha supone renuncias, sacrificios, y éste ha sido el mío, aniquilar mi presente y mi futuro, borrarme, apagarme, condenarme a la marginación, al olvido, al desprecio, para que otros brillen, recojan los frutos, hablo de creadores y no creadores. Lo sé, este revanchista texto parece un descarado, desesperado, intento de auto-bombo, de auto-reconocimiento, y no lo es, o no solo, es más bien un balance, una esquela, un estricto acto de justicia, y sobre todo de desengaño. Don Quijote, Julito el Bueno, de repente ha recuperado la lucidez, y se ha dado cuenta de que el precio a pagar ha sido demasiado alto, se ha quedado vacío, agotado, en barbecho, espero que de manera temporal. El tiempo dirá si todo esto ha merecido la pena, ha valido para algo, o no ha sido más que un espejismo, una quimera, de justicia, lo más probable. De todos modos, no tengo nada que reprocharme, de lo que arrepentirme, a quien lo ha dado todo a pecho descubierto, de manera honesta, apasionada, justa, sin esperar nada a cambio, no se le puede pedir más. TANTA PAZ LLEVE COMO DESCANSO DEJO.







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