Donde hay confianza da asco, la familiaridad es el prolegómeno de la vulgaridad. La confianza relaja las costumbres, la educación. La escatología es el anticipo del desamor. Si es que los burgueses saben amar, que es mucho suponer. Tranquilos, por mucho que la emparenten con la nouvelle vague, con Godard, aquí hay más humor, ironía, sarcasmo, parodia, que intelectualismo, que “culturismo”, y el machismo no se disfraza de romanticismo, es misoginia a palo seco. Hablo de los personajes masculinos, no de la película, ni de la protagonista femenina, que es tan frívola, irresponsable, subnormal, como cualquier hombre, que en eso consiste la igualdad, en la equiparación de los errores, de los vicios. En cuanto a la película, la actualización improvisada, formal, de “Días de vino y rosas”, de “El apartamento”, dos películas cuyo espíritu es precursor del existencialismo escapista burgués de las películas de parejitas de Godard, Truffaut y Rohmer, y de su homónimo americano Woody Allen. Me creo más a este Cazals formalista, esteticista (estudió cine en el IDHEC francés), anti-burgués desde el conocimiento, que al comprometido, historicista, posterior. Méjico también tuvo su propia nueva ola, auspiciada por un grupo de directores independientes, Ripstein, Castanedo, Mirat y el propio Cazals, aunque tuvo bastante menos repercusión, de hecho esta comedia negra es la única película conocida. Los que tengáis prejuicios justificados contra el garbancero vasco Cazals (nació en Guetaria, de padres franceses, en plena Guerra Civil), olvidarlos todos, es una excepción excepcional en su obra, la inconsciencia, pretensión, de los comienzos. Como curiosidad sale el hijo de Buñuel, que por desgracia no heredó ni su talento, ni su cabestrismo.
https://www.youtube.com/watch?v=7gOkHBiP0s4
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